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Tuesday, January 31, 2017

LA HORCA PARA MORIR


LA HORCA PARA MORIR

            Todos sentimos que nos falta el aire, pero antes de que nos pongan la soga al cuello. Creemos que será lento y mortificante, pero no, no es así, yo pasé por eso, hasta que podemos escuchar el ¡clack! de la dislocación de las vértebras cervicales del Atlas y Axis.

            Fueron engañados por los Samnitas quienes les hicieron pasar por el estrecho paso entre el acantilado y la escarpada montaña. Poncio Herenio, el General, acudió a sus asesores quienes le recomendaron liquidarlos a todos o mejor aún intentar ofenderlos de tal manera que se sintieran depauperados, pisoteados en su amor propio, traicionados por el imperio Romano al que pertenecían. Los soldados romanos tuvieron que bajar su cabeza para pasar desnudos por las Horcas Caudinas por allá en el 321, pero esa es otra historia.



            Hoy primero de Febrero cumplo once años de edad, luego de ser ofendido por el régimen del General, luego de las traiciones más inauditas de los cobardes que me negaron y otros que con su silencio se hicieron cómplices.

            De la epopeya de las Horcas Caudinas del general Poncio Herenio, nadie recuerda a los ofensores Samnitas, de los que si tomamos como referencia fiel y exacta es de aquellos Romanos que persisten en nuestra memoria como civilización pujante y eso ahora mismo ocurre en mi vida.

            Nadie recuerda a los traidores, creo que ese es el castigo y si llegasen a hacerlo los recordarán con sorna y lástima.

            Hoy cumplo once años de haber llegado a la libertad, porque me pusieron en aquella encrucijada: dejarme atrapar por la soldadesca, morir tal vez en la persecución o dejarme ofender en mi honor y prestigio que es lo único que realmente tiene un hombre. Tomé la segunda y me escapé porque con la primera hubiese tenido las dos, pero hoy a más de una década se recuerda a los romanos más no a los samnitas.

            Las traiciones y silencios fueron tantos que  he decidido olvidarlos y hasta perdonarlos, los leales, que fueron muchos, aún permanecen en la lista de los amigos de la cual escribí en alguno de mis libros. Me hicieron un favor, ya nadie comenta la afrenta y el insulto, ya nadie recuerda mis cinco días escapado, escondido, como una alimaña, ¡ya nadie recuerda nada!

            Hoy es un día de felicidad, hoy mi vida tiene mejor rumbo del que tenía, hoy recuerdo a los traidores como lo que son, como esas mismas alimañas en la que querían convertirme y entre ellos hay algunos con especial atención, porque ahora están en la parte baja de la rueda de la vida y soy yo quien los perdona.

            La traición es una acción que se cobra dos veces, al traicionado y con la desconfianza del que fue servido, pero hoy, un buen día, les recuerdo con cariño porque les agradezco me hayan puesto en la difícil encrucijada que me ha hecho crecer, porque como lo dijera el moralista francés Nicolás Chamfort:”hay dos cosas en la vida que uno debe aprender a aceptar, si quiere hacer la vida soportable; las injurias del tiempo y las injusticias de los hombres”    

3 comments:

  1. Realidades de la vida, el tiempo, cada quien las siente y asimila a su manera y posibilidades de acuerdo a su valor y recursos posibles...te felicito con saludos crdiales por tu valentìa y decisiòn sabia...once años, se dice ràpido...

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  2. Felicitaciones por estar cumpliendo once años en libertad. Un abrazo

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  3. Lo correcto sería felicitarte por estos once años, pero más allá de eso te admiro la valentía con la que siempre defendiste la institucionalidad en la gloriosa Armada de Venezuela. Hoy como ayer sigues haciendo honor al juramento ante el Tricolor nacional.

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