EL SOBREPESO DEL PASADO
Y estábamos
en la cama viendo la biografía de Scott Fitzgerald al que siempre he admirado
como escritor, si, el autor entre otras obras del ‘Gran Gatsby’, ¿lo recuerdan?
Una
vida alocada, un poco desaforada por darle un término amable, el licor les
desbordó a él y a ella, su mujer, que terminó en un sanatorio para enfermos
mentales y al conocer a Ernest Hemingway en París, la amistad fue de inmediato,
para luego ser rivales, como se espera entre escritores profesionales, pero a
lo que vamos, que esto apenas empieza, porque Hemingway le pateaba muy duro de
manera social y miren que yo le admiro mucho, más por lo que hacía que por
escritor y ella, Doris, me preguntó sin piedad: ¿si Hemingway estuviese vivo y
pudieses escribirle una carta, que le escribirías?
Menuda
pregunta esa, porque la carta seguramente tendría varios folios. Recordarán
Ustedes mis frecuentes viajes a su casa, la cual conozco como la mía y de la
que he escrito en repetidas oportunidades, tanto, que pasé uno de mis cumpleaños
allá, de manera que ya pueden tener idea de lo aburrido que soy, pero contestemos
la satánica pregunta, que queda poco papel.
- Hola
Ernest, he ido al "Papa Joe" a buscarte para saldar esa cuenta que tengo contigo.
Es una cuenta amable, tal vez no contigo sino conmigo. Si acaso te pones
violento, me encantaría boxear un poco, porque yo también he boxeado ¿sabes?,
sino es así caminemos para contarte mi impresión de tu obra que he leído con
detenimiento. Por supuesto Ernest, todo esto pasará después de que leas el periódico
y recortes lo que te interesa y lo guardes en tu vieja camisa de pescador, pero
vayamos al punto que me quiero tomar muchos tragos contigo y luego espero que
me des posada en la parte de atrás de tu casa, en la planta baja donde esta tu
estudio, allí dormiré bien, entre tus abusadores gatos de seis dedos, pero de
eso se trata, de la aventura.
Te
voy a invitar a desayunar el sábado temprano en el faro y luego cerveza, mucha cerveza
como a ti te gusta, mientras pensamos sobre la siguiente obra en la piscina de
la casa. Por supuesto Ernest, yo no tengo tu aguante con los tragos, me temo
que nadie lo tiene, pero intentaré seguirte los pasos, porque cada minuto
contigo, escuchando las aventuras en el Kilimanjaro, serán ‘priceless’, sin
precio, porque me temo que hablaremos en inglés.
Mas allá
de la chanza, cuéntame lo del suicidio de tu padre y del tuyo. Será interesante
saber que pasaba por tu mente en el momento final, cuéntame de tus mujeres y de
aquel General Ruso en España durante la guerra civil, en fin Hemingway, te
invito a pescar cuando quieras, porque en eso nos parecemos, en la afición por
la mar y las letras.
Sería
encantador conocerte, hablar de tu estilo literario corto y contundente, fogoso
y preciso y además librarte de ese inmenso peso del pasado.
Bernardo Jurado es un lector y CEO de
Jurado Grupo Editorial.