LAS
AVENTURAS DE CHUSMALADY
Yo la conozco a ella. Si, la conozco muy bien y
es divertida y agradable, pero solo con quien quiere.
Ha aprendido a hablar
inglés y hasta ha llegado a decir que es original del quincuagésimo segundo
estado de la Unión Americana y cuando, con cierto riesgo de vida se le intenta
corregir, diciéndole que Estados Unidos solo posee cincuenta estados, pues, se
transforma, levanta la voz, arguye amenazas terribles, parece posesa por el
diablo y contesta con una pregunta: ¿Y Puerto Rico y Come Away? Y no deja de
agregar el adjetivo calificativo: ¡ignorante!
Allí, ya guardo
silencio, porque me da miedo, pero hago un par de respiraciones que logran
distender mi plexo solar y ella vuelve a ripostar: ¿y tú, porque estas pálido,
tienes diarrea?
Con voz entrecortada,
producto de que el torrente de aire está en merma y con actitud de extrema precaución,
repregunto: ¿y cuál es ese Estado “Come Away”?
Hay que ver que tú
eres bruto, me contesta sin empaches, podrás ser muy escritor, pero de geografía
nada sabes. “Come Away”, es donde yo nací.
Y, vuelvo a arriesgar
la vida, haciendo una imprudente interrupción: ¿y tú no eres cubana?
En eso llega Fidel,
quien es cubano y ya saben porque y nos escucha tras soltar una carcajada.
Debo confesar que ya
a este punto de la conversación, me encuentro absolutamente perdido, confundido
y aterrado, dubitativo y ensimismado.
Alexei, quien es
venezolano, informa que el café cubano, que viene en un envoltorio colombiano, ya
está listo y nos sirve en pequeños vasos plásticos que tomamos de un solo
trago.
Estar cerca de
Chusmalady es encantador y paso a poner un ejemplo: si con gentileza, quieres
limar las asperezas del más reciente encuentro violento porque se te ocurrió no
estar de acuerdo y le preguntas: ¿Chusmalady, a qué hora vas a almorzar?
Ella, sin un ápice de
dulzura te contestará: “a la hora que me dé la gana, ¿Por qué?”
Se debe poseer una
inmensa capacidad de meditación para tratarla, debemos entender que ella es
cinta negra en carácter, le fue inoculado intravenoso veneno de serpiente
cubana y la alimentaron seguramente con alguna poción de restos óseos de una
caimana vieja.
Su esposo, que es mi
amigo, es una víctima a la que agradecemos, por cuanto de alguna manera ella
drena en él toda esa educación que como pionera recibió en la infancia, pero yo
la aprecio sobremanera. Tuve que ir al psicólogo para tratarme, porque estaba sumamente
preocupado de que Chusmalady me diga las más ofensivas atrocidades y yo me ría,
sí, eso no está bien y el diagnóstico del galeno ha sido: “Síndrome post traumático”
Yo me hago el loco,
para proteger mi vida, pero quiero que sepan que Chusmalady que se la tira de
americana, no es de ningún “Come Away”, sino de CAMAGUEY.