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Sunday, April 28, 2013

LA HORA DE LOS MILITARES

Las Fuerzas Armadas de cualquier país existen para profesionalizar y controlar la violencia. Los militares tienen el monopolio de ella y forman parte de una ecuación interesantísima que les hace saber a los adversarios que no es conveniente abusar de la soberanía y que es mas inteligente negociar que usar la fuerza. La disuasión es la intención por la capacidad y la intención la debe manejar con maestría el estamento político y de seguir creciendo la curva exponencial del conflicto, se debe advertir que tenemos la capacidad para hacer respetar las leyes de toda la Nación. A diferencia de lo que la gente cree, los militares, evidentemente que pueden y deben negarse al cumplimiento de órdenes ilegales y fuera de lugar. En la Venezuela actual están entre dos peligrosas aguas, pero solo el buen criterio y el sentido común debe alimentar sus acciones y la historia recompensará a todos aquellos que se plieguen al bien común, pero es que ellos no son marcianos, ellos también están contaminados de la ineficiencia y ellos actúan de acuerdo al sentir de todo un pueblo. Un soldado que está dispuesto a arriesgar la vida por su país, debe indefectiblemente tener detrás a una ciudadanía que le apoya, pero pareciera que estamos hablando de guerras extranjeras, pero no es así. Las trampas hechas por el oficialismo en la Venezuela post-Chávez, son inaceptables y nada mas lejano de mi intención que invitar a un levantamiento militar, pero al no haber fiel en la balanza, la democracia no existe y las Fuerzas Armadas en su conjunto existen para servir a la democracia y las instituciones de ella y deben tomar y asumir el papel que la historia les designe y poner orden y controlar la violencia y hacer que las leyes se cumplan. Nunca en esta columna había querido tomar este escabroso tema, porque suponemos que debemos abordar los locales que afectan directamente la vida en la comunidad, pero como venezolano y como militar debo asumir también mi responsabilidad y dejar claro mis puntos de vista. Si la ley no se cumple o peor aún se viola impunemente por los que debieran hacerla cumplir. Si la economía se ha venido a menos con un barril petrolero lindante a los $100, para el momento de esta edición. Si Petróleos de Venezuela PDVSA, ya no exporta por su ineficiencia ni siquiera un millón de barriles diarios a su único cliente que le paga con exactitud que son Los Estados Unidos de América y por el contrario importa de estas tierras del norte al menos ciento veinte mil barriles diarios de la gasolina que se subsidia en Venezuela. Si han cerrado siete mil empresas y el aparato productivo está quebrado y lo mas grave: si han muerto ciento cincuenta y cinco mil venezolanos a manos del hampa que el gobierno con evidencia ya no puede controlar. ¿No creen los militares, que ya es tiempo de intervenir?, ¿No consideran que sería legal ponerle orden a esta satrapía que basado en lo social hace mas pobre al ciudadano? ¿No consideran que la violencia y su administración ya no está en sus manos, sino en la de los delincuentes? Y por último pero no menos importante: ¿Por qué obedecer a un loco proyecto sin pies ni cabeza, a todas luces ilegal, que a nivel mundial ha demostrado que es inviable?. Un proyecto no establecido en la Constitución y cuya palabra mas sonada “revolución” no existe sino en las cuentas bancarias en oasis financieros internacionales de un grupito de “enchufados”. Ha llegado el momento de los militares y me informan que ya se está dando por intermedio de José Vicente Rangel, quien se ha reunido al ver que su vendida posición se le escapaba de las manos ante un pueblo cansado del atropello. Logró parar una marcha y al mejor estilo de Sun Tzu en “El arte de la guerra”, permitió una puerta al conteo parcial de los votos, haciendo tiempo para consolidarse, pero no lo logrará, porque les ha llegado su momento y la economía, los muertos ni la electricidad entienden de consignas políticas. Yo no quiero un militar al poder. Ya tuvimos a Chávez y aprendimos que los militares no conocen de producir riquezas, sino de gastar un presupuesto y ni siquiera me atrevo a nadar en las aguas profundas del declive moral al que ha sido sometido todo venezolano, pero ellos –los militares- en actividad son una esperanza de orden y disciplina, sin olvidarnos que son tan venezolanos como cualquiera de nosotros y por ende susceptibles de los vicios y falencias que la revolución no en vano ha inculcado con éxito en buena parte de la ciudadanía. Una cosa es el Alto Mando Militar, que con sus protagonistas actuales mas bien parece “bajo mando militar”, grupúsculo indeseable de incursos en narcotráfico y asesinatos y otra muy diferente, son las filas comandadas, pero también, como todo venezolano, asqueadas, de la ineficiencia y la consigna a malversadores de la paz como Ernesto Che Guevara, Marulanda, Fidel Castro Ruz, cuyos cadáveres deberían ser expuestos al mejor estilo usado para Chávez Frías, como malos ejemplos de concordia y prosperidad. Me recojo en la prudencia y les ruego su perdón por el anterior comentario, tal vez desproporcionado, pero absolutamente veraz, porque el Che no es un héroe, Fidel es un asesino y Marulanda un narcotraficante.

Monday, April 22, 2013

LOS MILAGROS EXISTEN

El famoso periodista ecuatoriano que me entrevistó para la televisión, nos invita a cenar en su lujoso apartamento de Brickell Avenue y como es de esperar no había estacionamiento. Un pequeño ejército de jóvenes conductores estaban prestos para estacionarlos por nosotros en algún lugar escondido a tres pisos por debajo de la ciudad y el evidentemente aplicado estudiante, me preguntó si yo era el autor de “Escritos nocturnos, lecturas laxantes”, un compendio extraño con cincuenta y ocho capítulos que hice hace ya algún tiempo. No sabía si sentirme honrado, pero le dije que sí y con amabilidad me contestó que lo había leído, que le encantaba el capítulo tal y también el cual y yo seguía impresionado, porque no quiero dejar que el ego me gane y por ello lo maltrato y pisoteo y con humildad agradezco. Los libros son como flechas que nunca sabremos donde caerán y decidí en esta primavera calurosa de Florida ir a buscar mi cheque en una de las librerías donde se venden. Es una suerte de consultorio de lectores donde hacemos reuniones y que se ha erigido como referencia de libros de habla hispana en el Sur de Florida y me entero que cerrará y no quise cobrar, sino intercambiar ese dinero por otros libros, para ayudar a mis amables y ahora tristes amigos libreros. Como es de esperar, me fui a los estantes de las mejores novelas y Vargas Llosa, me llamó a gritos con “Los sueños del Celta” y lo tomé, Isabel Allende, me increpó y no me pude negar y de mi amigo Carlos Alberto Montaner tomé “Otra vez adiós”. Conseguí medio abandonado “La muerte en el campo de golf” de Agatha Christie y me dispuse a cancelar el trueque sabiendo que perdería dinero, pero ganaría en placer y me detuve intempestivamente y algo me obligó a tomar “Los milagros existen” de Bryan Weiss, al que había leído hace muchos años en “Muchas vidas, muchos sabios” Nunca nadie pensó que Chávez moriría tan rápido, nunca nadie -inclusive él mismo- pensó que Nicolás Maduro sería Presidente, que Venezuela sería quebrada económica y moralmente y que la delincuencia ganaría a la honestidad, que la fuerza al talento, que el mal al bien, pero creo sin temor a equivocarme que los ciclos de dolor son necesarios en la vida y que al cerrarlos crecemos y que lo que ocurre no lo merecemos. Ya no se exportan a los Estados Unidos ni siquiera un millón de barriles de petróleo. La gasolina regalada en Venezuela viene del imperio que ellos atacan a razón de ciento veinte mil barriles diarios y el precio del crudo esta noche ha bajado. En muy poco tiempo esto no se podrá aguantar y nadie les creerá, ni les seguirán y comprenderán que son los ladrones del futuro, porque ya ellos son el pasado y no se puede pedir limosnas con escopeta, ni se puede tener legitimidad a la fuerza y no podrán obligar a que los amen cuando usan las técnicas de las mas rastreras putas al intercambiar neveras y cajuelas que llaman apartamentos dignos por un amor, pero al líder insepulto del que pocos hablan. Persuadido estoy que “Los milagros existen”, ¡porque ya están ocurriendo!

Wednesday, April 17, 2013

LA HISTORIA QUE NADIE QUIERE VIVIR

Como ratón de bibliotecas y librerías que soy desde que recuerdo, en esa búsqueda sempiterna de la impresión por el conocimiento de Hart, Clausewits, Sun Tzu, Mahan y también en los empolvados cinco tomos de los estudios estratégicos del Almirante Castex, mi maestro Virgilio, me encontró en la biblioteca de la Escuela de Guerra Naval y me regaló un libro encuadernado como a la usanza, con aquella portada en cartón azul claro titulado “Tratado de la autoridad” No tenía más de cien páginas y lo devoré con el hambre de la juventud y pude entender que hay dos tipos de ella. La autoridad ontológica, dada por otro humano que te proclama como Presidente, como marido, como cabeza de algún grupo humano y la autoridad epistemológica que se imbrica en el grupo humano que reconoce en tu conocimiento y preparación para ejercerla a ese líder que nace al juntar las dos. La autoridad por ende no se compra, ¡se reconoce! Para que un humano proclame a otro debe él mismo tener autoridad y en el caso de Tibisay Lucena, la Presidenta designada del Concejo Nacional Electoral de Venezuela, conseguimos falencias notables, porque todos los venezolanos sabemos de sus irregularidades y acomodos. Ella nombra a Nicolás Maduro como monarca y todos sabemos que el Rey está absolutamente desnudo y falto de todo talento para dirigir y los ciudadanos sabemos que él no es el Rey, porque no hay monarquías en la cuna de la libertad. Todos sabemos que algo hiede en la elección y que Tibisay acomodó el escenario para intentar sin éxito que pareciera normal. Nicolás Maduro, fue proclamado intempestivamente, a oscuras como suelen ser las tropelías y los delitos y ni el aún cree que es el Presidente heredero del insepulto. La autoridad solo se mide por empezar a reconocerla y nadie lo hace, de manera que no podrá gobernar, pero si desde su brutalidad radicaliza aún mas el error, terminará por quebrarse y caerse como suele ocurrir con los dientes cuando la edad avanza, porque ellos no son flexibles, mas nunca la lengua se cae. Con los dineros de PDVSA, intentará comprar kilogramos de autoridad sin saber que ella ni se compra ni se vende, sin saber que ella (la autoridad) no puede medirse en el sistema MKS ni CGS y que no existe ninguna unidad de medida que le pueda legitimar. Sólo en el electorado que le consideró podrá estar esta, pero es que ni siquiera ellos le reconocen, solo esperan que la fiesta de los millones continúe, sin darse cuenta que el dueño de la fiesta falleció el cinco de Marzo y que por ende de esa borrachera solo queda la resaca. Por su parte Henrique Capriles, solo aboga por la concordia y el reconocimiento de la autoridad que legitime a cualquiera de los dos, pero que legitime y haga viable el descontento del trasnocho, que le quita la paz al país completo. Nicolás no es el culpable, él es el adlater escaso del insepulto Presidente Chávez, quien seguro estoy nunca pensó que el mismo moriría y que estos escenarios serían, naciendo, parte de la historia, que nadie quiere vivir.

Sunday, April 14, 2013

BESOS USADOS

De un cantante joven es la letra de esa canción cuyo título me pareció curioso, porque nunca pensé en besos usados que implican desgaste, implican algo traslúcido y poco atractivo, pero si creo que hay besos usados, que rememoran relaciones pasadas y hasta difíciles y desagradables de recordar. Si esa relación no fuera pasada y desagradable en el recuerdo, esos besos tuvieran la esperanza de otros nuevos y mejores, cargados de morbo, pasión y lujuria, tal vez en otro estrato, cargados de amistad, sinceridad y de situaciones de paz por venir, de proyectos y de futuro. Hoy son las elecciones y observo desde la estadística doméstica, que con frecuencia inusitada funciona, una alegría sin desgaste por parte de la oposición, miro con detenimiento que una importante parte del chavismo considera al madurismo (por Nicolás Maduro), una suerte de relación extinta, o lo mas probable ninguna relación y por ello seguro estoy de que Nicolás, el pobre Nicolás es una suerte de beso usado que nadie quiere de nuevo. Es escaso, insulso, insípido, con esa oratoria política popular venida a menos y que contrasta con su pasado de reposero, pero que a la vez le deja ver las costuras de su falta de formación en todo término de lo humano. Ha basado su campaña política en recordar las inexistentes epopeyas del difunto que le antecedió y clama por el despertar de la lástima por el incidente de la muerte a la que seguro él contribuyó, porque Chávez fue secuestrado, muerto y no sepultado y de manera evidente no resucitará, porque han pasado más de tres días y la momia maquillada del Museo Histórico Militar de Caracas, donde es expuesto, no corresponde con el supuesto deterioro físico de un mortal alimentado por meses, vía endovenosa, con una traqueotomía que le impedía cualquier ingesta más o menos sólida que evitara una pronunciada y famélica figura. Maduro es un beso usado, nadie lo quiere, incluyendo a su aprovechada mujer y cómplice de tropelías juveniles, Cilia Flores y yo lo lamento, porque la monarquía hereditaria en el Caribe nunca funcionó y él fue ungido como Luis XIV. Ha pasado semanas recordándome el episodio de Juana la Loca, quien paseó por meses, el cadáver insepulto de su marido, por todas las comarcas del reino. Su difunto esposo, el autodenominado Felipe el hermoso, cuyo amor sobrepasaba la cordura logró con su muerte que ella se desequilibrara y al poco tiempo fue internada en un castillo, para que buscara la paz. En poco tiempo y de ser esta la suerte de Nicolás, quien dista océanos de ser un zar ruso, (por aquello de la pureza de la sangre) le veremos atacando a la otredad que le recuerda que los besos de Hugo Chávez a la multitud que le amó, no son esos usados que el ofrece desde la inoperancia y su falta de carisma, para inspirar.

Tuesday, April 2, 2013

EL MINISTRO

Antonio conoce bien el riesgo del periodismo, que implica con frecuencia la denuncia hacia los personeros del Gobierno. En el tercer piso de su apartamento en la Bogotá de la época y estando en el balcón preocupado por el retardo de Laura su esposa, observó la llegada del taxi. Ella se bajó del vehículo, miró hacia arriba y se encontraron sus miradas que fueron seguidas por una sonrisa cómplice. Pagó el servicio y desembocando por la esquina venía la motocicleta con dos individuos a bordo y uno de ellos mostraba una pistola automática. Las detonaciones no se hicieron esperar y tanto Laura en el piso de la acera como el chofer tras el volante se encontraban bañados en sangre. Diego, querido amigo y compañero de trabajo en la televisión, me prestó el libro de su tío, con la consabida recomendación, como suelen hacer todos y yo lo tomé con agradecimiento y lo puse en esos que nunca leeré, pero las cosas no son casuales y tras meses de espera un buen día lo tomé y decidí ver la contraportada, que me compró el gusto y abrí y leí y ¡no pude parar de hacerlo! Hasta el final. “El Ministro” del escritor colombiano Carlos Cely Maestre, es una novela en la que me vi retratado. Es un excelente libro que dibuja quirúrgicamente el costo que debemos pagar los que escribimos este tipo de cosas y que contra la opinión de nuestra propia familia y amigos, nos enfrentamos como el Quijote de Cervantes, a los inmensos molinos de viento. Mi amigo Diego, quería una crítica para el libro de su tío y no puedo menos que halagar la gentileza y el deleite de haberle leído, por cuanto su prosa, cumple meridianamente con esa métrica novelística que a todos envuelve y seduce y la historia, tan hilada, como contundente se pasea magistralmente por los cuatro intereses de la psiquis del humano, sin darnos cuenta. El periodista sufre y lamenta que no pueda escribir otras cosas y a la vez le divierte que sea él, el elegido para tener acceso a la información que le hace valiente al denunciar al Ministro todopoderoso en un país con leyes que se pueden violar solo por los que ostentan el poder, pero es que ¡el periodismo es un poder!, porque somos esa suerte de voz de los que no pueden hablar. La relación con mis lectores se ha vuelto osmótica y el Señor Carlos, me ha escrito con disgusto al correo del encabezado, reclamándome o reclamándonos lo blandengue que hemos sido con nuestros gobernantes que no le han podido solucionar su problema del dry Wall chino que afectan su vida y yo le invité a un café que no aceptó y le tengo una mala noticia: en este país de leyes su problema con las paredes no es competencia del Gobierno local, debe buscar un buen abogado que demande a la constructora y luego me pasa la información para denunciar y hacer el seguimiento a la demanda que de tener razón lo hará millonario y hago este inciso, porque lo predicho demuestra que siendo un periódico un poder, nosotros también somos susceptibles de ser criticados, con razón o sin ella. En este periódico hemos dado cuenta severa de propios y extraños, hemos sido ductores de las mas duras críticas a nuestros amigos concejales y al propio Alcalde, pero también hemos avalado las insignes decisiones tomadas por ellos a favor de la ciudad, de manera que no esperen de los que ejercemos este oficio, favores, porque no lo conseguirán, no esperen nuestra benevolencia, ni nuestra lenidad, porque no tenemos espacio para eso en estas páginas cada vez mas leídas, porque la ética nos obliga a seguir por mucho tiempo mas, como la referencia de la opinión ciudadana y ella (la ética), se diferencia de la religión, en palabras de mi insigne colega Fernando Savater, con quien tuve la oportunidad de compartir cátedra en la universidad, en que la primera nos dicta las reglas para vivir mejor esta vida y la religión nos da los mandamientos para vivir mejor la vida que viene, de manera que en nuestra ética, demostrada y celebrada en esta edición, está el de informar desde el pragmatismo y basados en hechos comprobados, asumiendo como Antonio la dura responsabilidad de la denuncia y la crítica a lo que ojos vista nos es inapropiado en la gestión gubernamental. El periodista debe ser siempre disidente, debe ser un irreverente de las corrientes sociales, debe ser incómodo y debe poseer la densidad suficiente para decir las mas duras cosas, con el aplomo de la educación y las letras. Se cumplen diez años de labor, en esta publicación líder de la opinión de cuarenta y seis mil almas que vivimos en Doral, pero les tengo noticias, porque también han escrito a mi correo, colegas y amigos turistas, que en los hoteles nos han leído y por ello nunca sabremos a donde llegamos. El ejercicio del periodismo es una suerte de saeta que lanzamos al aire sin saber dónde caerá y es eso lo que con inusitada frecuencia molesta a los Gobiernos, porque de haberlo, hacemos público lo que desean en privado, hacemos público lo que la buena reputación manda guardar, para que no se les vean las costuras, las debilidades, sus falta de talento o sus tropelías, pero nuestra arma nuclear, “la palabra”, como lo dijera el insigne maestro venezolano Cecilio Acosta: “…no es el martillo que desmorona, sino el aliento que insufla; no es canon, sino verbo, ni derrama sangre, sino luz. La palabra, por último, es en un sentido el pararrayos que descarga la nube, por los males que evita y en otro, la electricidad del espíritu, por la vida que siembra y que difunde” Si no existiéramos la opinión nada valdría, las reputaciones tampoco y la excelencia no existiera, la labor no importaría y estaríamos en Cuba o Corea del Norte, subyugados en el pensar y el actuar, de rodillas ante los dueños de nuestras vidas y llorando tras la cerradura de un único pensamiento. En este décimo aniversario de este adolescente maduro, en que hemos convertido a Ciudad Doral Newspaper, su gusto manda ante los otros y con humildad agradecemos, las opiniones de todo tipo (sobre todo las mas duras críticas) que también nos hagan entrar en razón de que no siempre podemos tener la razón. Nosotros no coleccionamos razones y si las pruebas de una investigación periodística nos la quita, con gusto la cedemos, pero diez años de ejercicio ininterrumpido, nos hacen pensar que vamos bien y aunque el éxito nunca es gratuito, entendemos que solo al árbol que da frutos, los otros les tiran piedras, pero lo mas importante es que seguiremos dando muchos frutos y le damos la mas cordial bienvenida a los imitadores, porque toda copia siempre tiene detalles. Que escriban, que escriban mucho, que se llene esta ciudad de palabras e ideas, de pensamiento y denuncia comprobada, porque eso nos obliga a poner un freno al miserable que todos llevamos dentro, de acuerdo a lo expuesto por Víctor Hugo y con la circulación certera e implacable de Ciudad Doral Newspaper, ellos, los miserables, lo pensarán dos veces, antes de violar la ley y las reglas de convivencia. Seguiremos existiendo por muchos años mas, como voz de la comunidad, porque el filósofo alemán Federico Nietzche, ya lo dijo: “Donde cesa el reino de las palabras, cesa también el reino de la existencia”. La gestión no ha sido fácil, pero nos hemos divertido. Los adversarios crean sus anticuerpos, pero siempre conseguimos una inteligente vuelta que les desarma y pone en cintura y desde la humildad de mi pensamiento y desde las letras que con frecuencia me acusan, les envío a todos mis colegas de Ciudad Doral Newspaper, mi felicitación y el orgullo de pertenecer a este prolífico e inteligente grupo editorial.