LA FIESTA DE LOS
TONTOS
Pierden
decibeles de su capacidad auditiva, como pierden su dinero en una fiesta que es
tradición en Miami.
La
ciudad percibe unos setenta millones de dólares, los hoteles suben sus precios
exponencialmente basados en la demanda de todos aquellos tontos que viajan
desde el norte para sudar con la música electrónica. Cada día se estiman
155.000 personas, pero ayer fueron diez mil más.
Los
traficantes, drogadictos, alcohólicos, viciosos de todo tipo se sienten en su mas
tibio caldo de cultivo y la policía estaciona autobuses para llenarlos de
presos ebrios de estupidez.
Si
desea comprar las entradas para los tres días es mucho mas barato y tan solo se
monta en la nada despreciable cifra de $600, que seguro pagarán algunos padres
que ni idea tienen de la hecatombe.
El
año pasado una amiga ignorante y blandengue que permitió que su hija fuera,
terminó junto con ella en el hospital, mientras le sacaban del ojo un extraño y
microscópico objeto que alguien esparció en el ambiente en forma de polvo y que
casi la deja tuerta y del que aun nadie sabe que era y los médicos suponen sin
muchas evidencias, que eran partículas de fibra de vidrio.
En
los baños plásticos de esos que usan por aquí en los ambientes abiertos, se
consiguen con frecuencia algunas jóvenes a quienes han penetrado por decir lo
menos, inconscientes pero sonrientes, semivestidas, algunas otras disfrazadas y
cuando digo otras me refiero a los dos sexos.
El
festival de música electrónica Ultra, comenzó en 1999 siendo de un día, pero
del 2007 al 2010 pasó a tener dos días de duración y desde ese año es de tres
completos días de cocaína, marihuana, licor y el mas conveniente, el EXTASIS,
que los pone hiper y les permite aguantar el lento suicidio de setenta y dos
horas de familiar diversión.
Pareciera
que todos los tontos salen al ruedo de la ignorancia y mas pronto que tarde
tendremos a una sociedad muy deficiente en su capacidad auditiva, cognitiva,
cerebral y sexual. Lo peor está aún por venir, porque ha gustado tanto que ya
es internacional, celebrándose en Ibiza, Buenos Aires, Sao Paulo, Chile, Seúl, Suráfrica
y Croacia.
Desde
el viernes Miami está antipática, con tanto imberbe sin vacunar suelto en la
calle, disfrutando de desorientación y con ojos de lástima les observo como
derriten su futuro, mientras desde mi balcón puedo observar la cantidad de helicópteros,
pancartas aéreas y fuegos artificiales, que graban, venden y adornan el mayor
festival de tontos jamás visto.
Yo
también fui jóven, también he cometido algunos excesos, pero lo que ahora
observo es la apología mas grande a la estupidez humana.
Les
tengo buenas noticias: la fiesta de los tontos termina hoy domingo a las 12 de
la noche. Nuestra policía ya se apresta a recoger los cadáveres de juventudes
que se desperdician en un domingo de ramos que pareciera que nada tiene que ver
con ellos, mientras los padres irresponsables se preparan para trabajar mañana
y sospechan que son engañados por sus hijos que les aseguran están durmiendo en
casa de un amiguito/a.