LA PUERTA DEL FIN DEL MUNDO

LA PUERTA DEL FIN DEL MUNDO

            Creo que repetir la mentira muchas veces permite crear el proceso neurolingüístico para embrutecer y embrutecerse. Se debe ser uno -un bruto- para seguir pensando en Cuba como la cuna de la salud y el ejemplo a seguir como país.

            Recuerdo que hace unos años, aquí en la televisión de Miami, mi admirado amigo y excepcional escritor Carlos Alberto Montaner, me contaba sobre aquel mandatario de un país africano que fue a hacerse una pequeña y ambulatoria intervención en las cuerdas vocales y salió muerto del quirófano y cualquier comunista podrá decir que siempre una cirugía conlleva sus riesgos y es cierto, pero entonces debemos refutarle que a Hugo Chávez, quien cumple años de haber fallecido en un hospital cubano, le pasó lo mismo y nuevamente el torcido comunista agregaría que el diagnóstico del supuesto cáncer fue hecho muy tarde, que (el dictador) por su actividad social a favor de los pobres no descansaba y que trabajaba mucho, ¿Qué más da? ¡Ya está muerto! Y creo lamentarlo porque me hubiese encantado que purgara ante la ley todo el saqueo que dirigió y además en su celda deberían ponerle una pista de su programa ¡Aló Presidente!, si, de esas pistas de audio que nunca se acaban y que se repiten y repiten.

            El Doctor Evo Morales, (que quiero que sepan que es muy doctor aunque nunca estudió nada), por cuanto tiene al menos que yo sepa, unos cinco doctorados honoris causa, paradójicamente en este secretismo al que nos acostumbran, tiene una afección en la garganta de acuerdo a la opinión de un indígena que regenta la vocería de la casa de gobierno boliviano y con este adjetivo de indígena no estoy siendo peyorativo, no, de ninguna manera, pero es que su hablar lo delata, delata su ignorancia y su falta de roce social, cuando Bolivia, (la consentida de Bolívar) está llena de gente decente y culta y resulta que el Evo se ha ido a lo que pudiésemos, de acuerdo a los resultados de la cientificidad médica, llamar, la puerta del fin del mundo a tratarse, o sea, a la Cuba comunista.

            Con irrefutables evidencias sabemos que la medicina cubana, su estructura, sus protocolos, están obsoletos, están encapsulados y no por sus médicos sino por la política de puertas cerradas en la que se encuentran hace más tiempo de lo que yo mismo tengo de vida y como evidencia incontrovertible hay médicos que se han hecho expertos en cirugías de mano por ejemplo, después de haber dejado mancos a una veintena de pacientes, de manera  que practican realmente con humanos y así afinan, en el país de la ausencia de los derechos humanos, sus habilidades. Como es de esperar estamos listos para ser atacados, pero como yo no colecciono razones se las puedo dar con todo gusto y a la vez puedo invitarlos a “curarse” allá en la puerta del fin del mundo, de donde salen sus ciudadanos arriesgando la vida y donde brutos como Chávez y Evo se van a morir, basados en su absurda creencia.