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Saturday, December 3, 2016

DEMENCIA PRESIDENCIAL


DEMENCIA PRESIDENCIAL

            En nuestro idioma, las opciones pueden ser muchas, pero las alternativas serán siempre dos, esta o aquella.

            Nadie quiere hacerlo mal. Yo mismo espero que cada una de mis letras  sea de su agrado. En mi trabajo me esfuerzo para obtener buenos resultados. Si no sé algún procedimiento o mi criterio se pone de rodillas por desconocimiento, simplemente pregunto al que sabe. Normalmente en familia intento tener consenso a sabiendas que mi hogar es monárquico pero soy un Rey bueno, tal vez como Luis XIV aunque a veces se me sale ese poco de Enrique VIII que todos llevamos por dentro.

            La infeliz frase “Chávez vive, la lucha sigue” no se ajusta a la potabilidad de la psiquis. Es una suerte de loa a la locura, al desacierto, a la fábula y por ende a la fantasía.

            Me encantaría que sobretodo los venezolanos me dijeran ¿qué está pasando en el planeta? porque tengo una semana que lo único que veo es la masturbadora noticia de la muerte, las exequias, la vida, la historia, los asesinatos, excesos y lujos de Fidel Castro y eso creo que tampoco contribuye mucho a la sanidad mental.

            La economía, que no entiende de consignas, que no entiende de ajustes, de regulaciones ni de Presidentes socialistas, está en el eje del mal formado por Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, por decir lo menos golpeada y sin visos de recuperación.

            La mejor y creo que más ajustada frase para definir al locura que he conseguido la escuché de Xavier Serbia en CNN: “es aquella persona que siempre hace lo mismo repetida y consuetudinariamente, esperando que los resultados sean diferentes”. Comete los mismos errores, con la esperanza de que un golpe de viento divino cambie las circunstancias, que suba el precio del petróleo por obra y gracias del Espíritu Santo o mejor aún, recordaremos aquella frase de Nicolás Maduro en el Parlamento en referencia precisamente a la economía: “Dios proveerá” y yo que con mi cara de pecador insisto en ser un consumado creyente católico sé muy bien que ese no es un problema de Dios sino del bíblico libre albedrío, de las decisiones del ejecutivo, de los aciertos del idiota, pero ¿Qué digo? ¿Aciertos de un idiota?

            No existe un ápice de duda que Maduro no está calificado para el cargo, creo que ningún chofer de autobús lo está, creo también que ningún militar lo está, se requiere el roce político, la personalidad correcta para inspirar, producir riqueza, aceptar la disidencia y la crítica, tener visión de futuro, tener un pasado gerencial y político exitoso y muchas otras características.

            Maduro no quiere hacerlo mal, nadie quiere hacerlo mal, lo que ocurre desde mi criterio, (no siempre acertado) es que estamos frente a un problema de insania mental, desde el momento en que se hace Presidente sin estar capacitado y esperar desde la esperanza que las cosas salgan bien, pero ALTO, DETENGASE, STOP, las personas que han votado por él tampoco se salvan, de manera que probablemente estemos en presencia de una patología generalizada de amplio espectro.

 

           


 

 

3 comments:

  1. Querido Bernardo, a eso que mientas se se ha dado en llamar "ley de la insensatez" (insanity law), atribuida erradamente –según Google-- a Einstein: “no podemos hacer lo mismo año tras año y esperar resultados diferentes”. No es una ley, sino un cliché del cual se ha abusado por años y además es una insensatez ella misma.
    La ley de la insensatez se ha repetido constantemente, una y otra vez, sin provocar ningún resultado diferente en la percepción sobre ella de personas inteligentes.
    Mi abuelo campesino hubiera comentado mientras frotaba la hoja de su machete una y otra vez contra la piedra abrasiva: “ese dicho no siempre funciona”. Muchas veces el resultado deseado se obtiene por acumulación, después de la repetición incesante de lo mismo y lo mismo. Por mi parte traté de vender mi viejo Chrevolet por $3,000 una y otra vez con el mismo resultado nulo. Hasta que lo vendí por $3,000. Según mi experiencia de veinte años en Estados Unidos --ahora mi país--, a esa pudiera llamársele “la ley del sueño americano”, hacer año tras años lo mismo, con los mismos pobres resultados hasta obtener el triunfo a través de la persistencia, de no dejarse vencer.
    El problema de Madual que se ha dado en llamar "ley de la insensatez" (insanity law), atribuida erradamente –según Google-- a Einstein: “no podemos hacer lo mismo año tras año y esperar resultados diferentes”.
    A Maduro lo que puede aplicársele es la "Ley de la idiotez".

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  2. Creo que la perspectiva del unknown no es del todo acertada. Esa es una ley de mercado, ofertó hasta que alguien aceptó la oferta. Pero si quiero que el agua hierva, calentandola siempre hasta 80º C, nunca lo lograré, asi la caliente infinidad de veces hasta los 80º. Hay otra ley que siempre la comparto con los pocos oyentes que se atrevan a compartir conversación y es aquella que dice que los bienes valen lo que la gente quiera pagar por ellas y no lo que lo que el dueño quiere que le paguen.

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  3. Sin hablar de Leyes que es el tema de esta "post", y es que con el poco conocimiento de politica que tengo, pero con el pasar de los ya 65 años, pronto a cumplir los 66, he aprendido que lo que un país necesita es una especie de Gerente General, ese debe ser el rol del Presidente. Rodearse de personas que vengan de cada área donde el Gobierno debe involucrarse para dictar leyes, lineamientos, políticas y todo lo concerniente a lo que sería Administrar/Gerenciar una gran Corporación Global. Sin hacer más similitudes al ramo Gerencial, concluyo que Maduro y los que lo rodean están totalmente incapacitados de llevar a cabo esta difícil labor. No sin antes saber/admitir que lo que impera es una dictadura de izquierda que nos ha llevado a al ruina económica, política, humana y gentilicia.

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