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Saturday, December 10, 2016

A UN PENSAMIENTO DE DISTANCIA


A UN PENSAMIENTO DE DISTANCIA

            Esto pasa cada minuto en tu vida. Ocurre con pasmosa frecuencia, pero no te das cuenta, porque vives rápido y furioso, como la película.

            La farmacéutica Pfizer, diseñaba una píldora para pacientes cardiacos, un vasodilatador de amplio espectro que bajaría por supuesto las pulsaciones, la presión sanguínea, en fin, ayudaría a una mejor vida. Hicieron todas las pruebas y solo faltaba probarla en humanos y así lo hicieron y todos sin excepción tuvieron efectos colaterales inesperados, todos sin excepción tuvieron vigorosas y candentes erecciones y se descubre EL VIAGRA.

            Algunos hombres a edad madura, dejan de tener erecciones por cuanto los cuerpos cavernosos del pene deben llenarse de sangre. Un básico principio físico de vasos comunicantes, pero también es químico, porque el no tener erecciones es una protección natural del cuerpo hacia el corazón mermado por los anos y se produce una enzima que las disminuye notablemente como protección cardiaca.

            Claro que ha habido muertos por uso indiscriminado del fármaco, porque violan de manera artificial el mandato natural de la fisiología y se creen atletas sexuales y el corazón no les da para más.

            ¿A dónde vamos con este artículo?

            Una vez que sales de la campana de Gauss de la edad reproductiva, debemos entender que nuestras capacidades, competencias y talentos son otros y mejores. ¿Y qué más?, pues que, no puedes jugar a ser joven y pendejo con sesenta años de edad. Les explico mejor: una excelente definición de locura, es el creer que necesitas lo que no tienes. En el transcurrir de la vida siempre te encontrarás cosas que ni pensabas buscar y eso tiene un nombre, como casi todo en el castellano, se llama SERENDIPIA, que la Real Academia de la Lengua la define como sigue:

“Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia”

            A mí, en mi permanente manera de vivir buscando, me pasa a diario, la serendipia es una suerte de hermana encantadora y cómplice que vive conmigo y en mis libros, en cada palabra, en cada larga caminata que hago para buscar en mi mente el conocimiento, alinearlo, darle el correcto uso y luego ponerlo en blanco y negro.

            Muchas personas nos preguntamos en los ejercicios filosóficos que algunos hacemos: ¿Cuál es el objetivo de mi vida, cual es mi misión? Y he llegado a una conclusión que me desarma: ¿qué importa si mi vida tiene objetivo y tiene misión? Con ayudar a los demás (y esto incluye mandar a algunos al carajo) tengo para vivir con objetivos y misiones.

            Nuestro pensamiento, al que debemos cuidar al igual que la palabra que sale de él, nos pone a una corta distancia de lo que deseamos y todos deseamos paz, deseamos no tener deudas, deseamos prosperidad, salud, tranquilidad, inteligencia y amor y entonces les pregunto: ¿ya no lo tienes?, si tu respuesta es negativa te tengo buenas noticias; con paciencia, sabiduría, solidez personal, piénsalo y deja que lleguen y si acaso no lo hacen en los tiempos que tú quieres, sigue pensándolo, porque al final todo sale bien y si acaso las cosas no han salido bien, es porque aún no ha llegado el final.

Bernardo Jurado es el autor de "Divinos, luego humanos" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas casas de libros de Miami y el mundo.

3 comments:

  1. Querido Bernardo, agrégale a la Serendipia aquel fenómeno de la Saponificación (proceso químico por el cual un cuerpo graso, unido a un álcali y agua, da como resultado jabón y glicerina), en cuyo proceso se fabrica o se intenta fabricar o producir jabón e inexorablemente se produce la Glicerina como biproducto. No tienes que hacer nada para producir glicerina y no puedes evitarlo. Esto es, te sale simplemente un producto alterno, como obligado del proceso, una ñapa pues, como diríamos en buen criollo.
    De tal manera que, a diferencia de la aleatoria Serendipia, en la cual uno no sabe qué puede suceder e ignora totalmente lo que puede resultar de un proceso y el hallazgo resulta inesperado, en la saponificación uno sabe exactamente de antemano que la glicerina surgirá de la mezcla de una base grasosa en contacto con un álcali (lejía); de allí que los campesinos lo llamen “Jabón de lejía”, muy parecido al famoso Jabón LAS LLAVES.
    Así amigo mío, la VIAGRA es un producto de la azarosa serendipia; pero, biproductos como la glicerina, pierden el discreto encanto de la sorpresa y de la magia del hallazgo insólito como inesperado. En la serendipia uno no puede prever, y a menudo se requiere de una inteligencia muy clara para, no sólo percatarse de qué es lo que está obteniendo sino, interpretarlo, y saber qué uso utilitario pudiera dársele al hallazgo.
    En la saponificación, se puede calcular y controlar con precisión y cálculo qué hacer con lo obtenido.
    ¡Cómo envidio las agradables sorpresas del grupo de control de la Viagra!, no sabes como quisiera haber estado cuando los viejitos daban sus respuestas tímidas, apenadas y emocionadas al científico, acerca de las gozosas como determinísticas y no pocas veces peligrosas erecciones.
    Pfizer transformó la Serendipia en uso utilitario del proceso, y el sexo se convirtió en cálculo preciso. Lo que no pensaron es que no se le puede instalar un motor nuevo 2016 de 6,5 litros de capacidad, y con turbo cargador, a una carrocería vieja y oxidada de un Volkswagen 1.300 cc. Año 1970, como el que tuve de Alférez de Navío. Cuando el motor rinda su potencia pico, la cual oscila entre 190 y 205 HP a 3.200 rpm, las bases del motor, diseñadas para contener una potencia entre 35 y 40 HP, cederán y éste saldrá disparado a la carretera mientras la carrocería se queda atrás, como le sucede a cada rato al zorro de la célebre comiquita del correcaminos.
    A los viejos se les rompen los O-rings y se le “explotan” las mangueras. El corazón, ya exigido, ex antes, por la emoción ante la aceptación de la fruta prohibida, se le agrega la presión en los cilindros y las cámaras vuelan y las bielas se descabezan, valga la analogía funcional.
    Sólo me resta felicitarte, como siempre, al ver cómo de una idea sencilla logras convertirla en graciosa como interesante lectura, en especial ésta que anima a los viejos como yo.




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  2. "porque al final todo sale bien y si acaso las cosas no han salido bien, es porque aún no ha llegado el final". Muy cierto.

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