RIDICULEZ VENEZOLANA

RIDICULEZ VENEZOLANA

En días recientes, me detiene en el automercado un individuo venezolanísimo que no podía creer mi respuesta a su solicitud de mi trajeta personal, por cuanto necesitaba los servicios de mi oficina y que a la sazón me ha visto en la televisión y yo le conté la verdad: no uso tarjetas personales, no tengo blackberry, ni página web y el hombre impresionado como si de Drácula se tratara, me veía con esa mirada perdida de terror, no obstante le anoté en un papel, el teléfono de la oficina y no resolvimos el problema, porque aun no hemos curado la pazguatería, porque yo nací sin blackberry, porque yo no estaba trabajando en el automercado y no tengo porque estar de guardia y desenfundar rápido mi tarjeta, como si de un revolver se tratara.
A una milla escasa de casa, se encuentra una farmacia que mas parecería en Venezuela todo un centro comercial que una botica y se llama CVS y realmente pertenece a una inmensa cadena que le hace una vigorosa competencia a Wallgreens, pues bien, me cuenta mi hijo que en Venezuela se venden a precios astronómicos una suerte de pulsera de goma en colores diferentes , que poseen un pequeno relojito digital, nada especial y que por estas tierras cuesta poco mas de un dollar.
Yo no he visto moda mas incómoda que usar los pantalones mas abajo del tiro, (diría mi abuela Hilda), imitando a algunos pendejos muchachos americanos, que ensenan su ropa interior, como si de un trofeo apetecible se tratara, inclusive en New York, se ha aprobado una ley que lo prohibe so pena de cárcel, por considerarlo irrespetuoso y yo estoy de acuerdo, ahora en mi país, todos los Yoinfre, Yoandry, los Kenedy Jonathan y demás nombres que intentan sin éxito imitar a los de aquí, usan sus pantalones mostrando al descuido las posaderas y unos boxers Dulce & Gabana.
Ayer me solicita en mi facebook una nina nacida en 1988, cuyo nombre no recuerdo, pero sus protuberantes senos si, en una foto de arriba hacia abajo que nos permitía ver un poco mas allá de su noble corazón y la acepté y al minuto me solicitó mi PIN y como no la conozco, ni le voy a dar esta explicación, la borré, pero era tan mamita, tan exótica, tan pintada, tan desnuda y ridícula, que era mas bien una mujer forzada, que una joven bella, sus lentes Gucci revelaban su humilde origen y miren bien lo que digo, su teléfono, no se de que tipo, pero parecía uno muy caro, envuelto en una cubierta de marca Louis Vuitton, delataba su firme intención de parecer quien no es y ese sosten negro que se podía observar sin mayor esfuerzo entre su escasa y abiertísima camisa verde, denotaba unas tetas hechas con el sudor de su frente, porque lo predicho son los requisitos ineludibles de cualquier venezolana humilde.
La moda es una dictadura, pero cuando esto se transforma en una forma de vida, en un problema de status social, en un desesperante logro humano, estamos jodidos y pasa los límites de la belleza a la ridiculez, sino preguntenle a la Mamá de Chavez!