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Wednesday, August 24, 2011

EL AMOR A GADDAFI

EL AMOR A GADDAFI

Los ex militares, siempre nos levantamos bien temprano a no hacer nada y sobre todo los que vivimos en una ciudad como Miami, que no opera antes de las nueve AM. Se me presenta con frecuencia la dicotomía, si, ir al driving range, a tirar unas pelotas de golf, salir a correr (otra mala costumbre militar, que debe ser erradicada a nivel mundial y por mandato expreso de las Naciones Unidas) o salir a tomar café mientras hago tiempo de que comiencen a despertarse en el Estado del Sol.
Tomé la última opción y ya a bordo de mi carro, escuchaba a mi amigo Oscar Haza, (periodista de alto nivel), quién puso un audio de Hugo Rafael, defendiéndolo, con furibunda pasión patriótica, como si el no fuese de Sabaneta, sino de Trípoli.
Quiero recordar que el hermano Muammar Gaddafi, dió un golpe de Estado cuando ni siquiera había cumplido los treinta y después de haber eliminado físicamente a su Arias Cárdenas, tomó el poder y ahora tiene sesenta y nueve y mas o menos la misma cantidad de cirugías plásticas.
Es un hombre de mucho cuidado, porque por el parecido con Walter Mercado, creo que está en capacidad de adivinar el futuro y ya se lo dijo a Chavez, quién al no tener pelo, no puede poner sus barbas en remojo.
Se casó en segundas nupcias con su enfermera que está tan desaparecida como su cuerpo diplomático.
Creo que es un excéntrico exponenciado. En Margarita, si, en esa cumbre donde por segunda vez y por el desorden protocolar revolucionario le regalaron una segunda espada del Libertador Simón Bolívar, no se hospedó en una habitación de lujo, sino que montó una carpa, custodiada por un cuerpo de féminas en uniforme, todas escogidas por el y con expresas instrucciones de protegerle a él y a todos los hermanos que le regalen espadas.
Que desastre!, que comicidad!, que cursi!. No la de Gaddafi, que está en su derecho de montar su circo donde se lo permitan y que en honor a la verdad me hubiese gustado compartir las gentilezas de las beduinas. Creo que hubiese sido una interesante experiencia, sino, la de Hugo, que no entiende que el mundo se subleva ciclotímicamente, contra personas como ellos, que los ciclos de dolor se cierran a sus espaldas como las puertas del cielo, dejándolos fuera y con el desamparo de su fragilidad humana.
Gaddafi, debe estar muy preocupado, Hugo también, creo que para el pueblo de Libia, ya no hay vuelta hacia atrás, escogieron su camino, muy diferente al de su gobernante. Es una situación compleja por su basamento tribal, pero al fin y al cabo, con ansias de libertad.
El político Francés Clemenceau, escribió algo que viene como anillo al dedo de Gaddafi: “Cuando un político muere, mucha gente va a su entierro, pero solo lo hacen para estar completamente seguros de que se encuentra en verdad bajo tierra”
Algún día iré a un entierro a verificar lo predicho, pero por ahora me dedicaré a investigar, los motivos de ese inmenso amor que siente por Gaddafi.

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