SENSACIÓN
DE CONTENTURA
Si,
existe la palabra, no la busques, en el diccionario de la Real Academia Española
está. !CONTENTURA!
Tengo
tiempo pensando hacer este escrito, mucho tiempo y como suponen, las ideas
estallan frente a mis ojos y me dejan no solo encandilado sino impresionado.
Como
solidaria práctica, salgo de mi trabajo, me torturo un poco en el gimnasio y a
hora prudente salgo raudo a encontrarme y a celebrar la escritura en las
presentaciones de los libros de los colegas. Los muy bandidos siempre celebran
con vinos y como es de esperar las
conversaciones son sin cortes comerciales, pero hoy fue interesantemente
diferente, fui a la presentación de la obra de la periodista Ibeyise Pacheco,
quien presentó su más reciente novela y su discurso fue por decir lo menos,
descollante y abrumador.
La
presentó, la no menos brillante escritora María Elena Lavoud y se encontraban
Vinicio Ludovick quien me acusa impunemente de ser un “malandro ilustrado” y
creo que me halaga porque normalmente las personas ilustradas son aburridas,
pero si es malandro la cosa puede cambiar. Mi muy brillante alumna y celebridad
internacional del deporte venezolano María Victoria Carrasco, además de ser también
escritora y Leonardo Padrón al que he leído por culpa de mi Madre y por la bendición
de Dios, porque Leonardo es un maestro del adjetivo y el verbo y me le acerqué con humildad para decirle que
le había leído y nos abrazamos sabiendo lo que eso significa.
Fue
una fiesta de las letras, donde se encuentra todo, sin excepción, fue una
fiesta divertida donde también la literatura llamó a los artistas plásticos y a
los músicos donde estaba Silvia, a quien observé viéndome con ojos libidinosos
que luego adivinaron que soy capricornio y a un par de jóvenes talentos
excepcionales del cuatro y el violín que dejaron al prenombrado maestro
Ludovick en una pieza.
Una
sensación de contentura es la que yo tengo en mi vida, en la fiesta de mi vida
y es una sensación rara porque con frecuencia en esa fiesta no hay licor, (excepto
esta noche) donde escribo con una sonrisa recordando las brillantes y
ocurrentes chanzas de los que saben de ellas, de los que las inventan y
cualquier venezolano dijera: ¡que jodedera!, si, fue una de alta alcurnia,
sabiendo que todos tal vez seamos de baja cama.
Las
letras nos unen y la culpable es Miami.
Apenas
ayer, llegó a mi oficina un brasilero paulista, o sea, de San Paulo y me
preguntó de donde era y le dije,… venezolano y ¿de cuál parte?, pues de Miami y
él me aseguro que era un brasilero también de Miami.
Que
rico vivir así, que rico ser libre, que rico es reírnos y buscar en lo leído el
próximo chiste inteligente entre personas aún más inteligentes.
¿Saben
qué, mis muy respetados lectores?, creo, sin temor a equivocarme, que a mí se
me nota esta sensación de contentura.
Hola Jr, saludos...destaca tu contentura, saludos a las Carrasco de parte de mi hijo, las asesoró durante muuuuchooo tiempo en cuestiones de la marina y de la tienda de nautica en Altamira..
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