EL BAÚL DEL MAGO

EL BAÚL DEL MAGO

            ¡Siempre hubo magia!, siempre hay magia, es indeteniblemente encantadora. Trucos sorprendentes, inagotables, cómicos, cósmicos e inexplicables.

            Hablo con ese baúl todos los días. A veces hasta dos y siempre consigo reír. No puedo negar que en oportunidades he discutido el truco con la maga, si, es una maga, en femenino, pero es que el baúl está lleno de trucos, que a todos hacen reír y a todos impresionan.

            Ella, la maga, ha lidiado desde que nací con mis malas cosas y por supuesto, creo que es comprensible, también ha lidiado con mis escasos éxitos, haciéndome trucos y recuerdo haberle preguntado alguna vez en un bar, ante un verdadero e inexplicable truco: ¿y cómo lo hiciste? Y me contestó: “lo hice bien”, nunca, la muy tramposa, dice sus trucos y con frecuencia pienso que si yo los supiera, sería el centro de atracción de toda reunión, como lo es ella y su baúl lleno de enseres mágicos.

            Como si fuera prestidigitadora le pregunto sobre mi futuro y pone cara seria y me asusta y me dice: “lo veo negro”, porque te gustan las mulatas y por supuesto no puedo menos que soltar la carcajada. Yo creo que me ama, sí, tengo la vaga sensación de que le llamo la atención y si es así,  cuando lea este artículo infiero que todo terminara, pero es que soy escritor y digo lo que pienso, lo lamento, pero ella también me gusta y sobre todo lo que más, son las sorpresas.

            Tengo tiempo tratando de no escribir sobre ella, porque no le gusta la publicidad y mucho menos la de Ustedes, mis lectores, pero esta pulsión ya es indetenible.

            Una vez, en la que estaba realmente disgustado, logró como siempre sacarme una sonrisa y yo me disgusté mucho, no con ella, sino conmigo, porque yo quería estar disgustado y no lo logré por su culpa, pero así son las cosas, siempre amables, cariñosas, llenas de ese sabor dulce a hogar, de ese sabor a emoción multisensorial. Su cocina huele a cilantro, su vida huele a mirra, a limpio, a higiene, excesiva higiene, porque sus trucos son limpios y por ello, llenos de magia.

            Discúlpame  Mamá, que escriba sobre ti, pero es que hoy es tu cumpleaños y yo estoy lejos y probablemente para siempre. También discúlpame, por escribir sobre tus trucos, pero sabes bien que no te conviene decir que me parezco más a Papá que a ti, porque yo no me parezco a nadie, no creo que alguien pueda amar tanto como yo y si existe, seguro debe tener mucho trabajo tratando de acercarse a la meta.

            He visto tus fotos y tus risas y sigo estando lejos. Hoy es un buen día, sí Señor, porque comienza Diciembre y porque es tu cumpleaños.

            Nunca dejes de hacer tus trucos, nunca dejes de ser la maga que siempre fuiste, nunca dejes de sacar de tu baúl, tus maromas, amorosas y sensibles y nunca dejes de reír a mandíbula batiente, como es tu costumbre.

            ¡Feliz cumpleaños, madre amada!