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Monday, October 2, 2017

VICTORIA Y ABDUL

VICTORIA Y ABDUL

            Yo no sé, si es por la influencia familiar, sobre todo de mi Padre, pero existe una conexión entre Gran Bretaña y algunos de mis gustos. A veces los consigo demasiado sobrados, otras, sensibles, pero siempre orgullosos de su pasado, de su monarquía y de sus costumbres.

            Conversaba con José Antonio, algo que podremos revisar, pero solo desde el pragmatismo, apartando las emociones, entre las que podríamos encontrar una nueva: “el patriotismo”  Si, a veces el patriotismo se convierte en una emoción novedosa y absolutamente absurda y como siempre digo, se los explico mejor: tanto en España como en Latinoamérica, algunos gobiernuchos han puesto a sus ciudadanos a pasar hambre por los que ellos creen que es soberanía, ¿les suena?, ¿les golpea en la psiquis y en el estómago?

            Comentábamos sobre esa película encantadora titulada “Victoria y Abdul” y quiero recordar que la Reina Victoria de Inglaterra falleció absolutamente anciana y acabada a los ochenta y dos años de edad.

            Era absolutamente infeliz y recibió la Corona apenas a los dieciocho años, se casó, tuvo nueve hijos y cuarenta y dos nietos, pero muchas intrigas que debilitaron su alma; y esto que paso a relatar sucedió en sus últimos años, fue parcialmente ocultado y debemos recordar de la dominación inglesa sobre la india, mejor dicho, del Imperio Británico sobre la India.

            En barco a vela, durante dos meses de navegación trajeron a dos hombres representantes de su gentilicio indostano para hacer entrega a la reina de una moneda acuñada con su cara como emperatriz de la India. Abdul la llevó a la larga mesa llena de comensales expectantes, con la instrucción de no mirarla, jamás sostener la mirada ni cruzarla, por cuanto eso era una inmensa falta de respeto, pero no, el simpático Abdul, la miró y le sonrió y ella, quien tenía años sin que nadie lo hiciera, de manera inmediata, tuvo un enganche emocional, (otra vez las emociones). Le mandó a buscar y este solícito acudió, mientras que los asesores, quienes como de costumbre fueron sus solapados enemigos, estaban asombrados y estupefactos. Aprendió algunas palabras, habladas y escritas, aprendió que sus súbditos pensaban diferente, que existía el Taj Mahal, construido por amor y que sus territorios de ultramar le eran absolutamente desconocidos, pero lo que más aprendió es que los hindúes también sentían orgullo de sus tradiciones y costumbres, de su historia y su religión.

            En la conversación con José Antonio, llegamos a la conclusión de que el venezolano actual, no solamente aborrece su historia reciente, sino que para nada siente orgullo de la pobreza, la corrupción, la brutalidad, la violencia, el saqueo, las enfermedades, en fin, de la apatía de un país otrora pujante y que era la envidia de muchos otros, un país inteligente y amable, simpático y culto y que normalmente llevaba a su tierra lo aprendido en otras, sin traumas, sin resentimientos. El Boulevard de Sabana Grande, fácilmente podría haber estado en París, el Teatro Teresa Carreño en New York y muchas otras obras hechas en democracia que los comunistas, como siempre, han destruido.

            ¡Nadie se siente orgulloso de lo que queda de Venezuela!     

3 comments:

  1. Excelente Bernardo, ciertamente nadie se siente orgulloso de lo que queda de Venezuela, ni de lo que representa ahora sus obras.
    Un detalle donde creo que tuviste un lapsus mentis, la Reina Victoria reinó durante casi 64 años y vivió casi 82 años. Ha sido la segunda soberana que mas tiempo ha reinado, superada por su tataranieta Isabel II quien ya ha cumplido 65 años en el trono.
    Saludos

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  2. Los países son como las personas, no aprenden con cabeza ajena y eso es en algunos casos terrible y su efecto positivo o negativo se amplifica cuando el líder propone acciones que las masas creen necesarias. A esto se suma la influencia de los allegados a los lideres, Abdul le dio cosas buenas a la Reina Victoria, pero en nuestro caso el título sería, Chávez y Fidel con los resultados ya por todos conocidos.

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