MENSAJES
CONFUSOS
Cuando
las órdenes son minusválidas, un poco chuecas, con vacíos, susceptible de interpretaciones, pues los
resultados con mucha probabilidad no serán los esperados.
Cilia
Flores, la mujer de Maduro, no tiene dudas de que nadie lo quiere. El Consejo
Nacional Electoral, también. Delcy Eloina y sus hermanitos lo saben. Todo el país
es oposición pero esta, ordena ir a elecciones para certificar, clarificar o
tal vez oscurecer lo que está claro y ese es un punto de vista que antes de que
me comiencen a atacar les ruego equilibrio para mostrar otro, pero este, el
anterior, crea dudas en la comunidad internacional por la flexibilidad del
mensaje.
El
otro ángulo es el de ocupar por la vía de la legalidad la mayor cantidad de
gobernaciones, para así poder hacer la correspondiente oposición y como a mí a
esta altura de mi vida, me da lo mismo que me hagan un acto de repudio que un
homenaje, les informo que en algo, estos murcigleros (me encanta esa palabra
que define “ladrón de la noche”) nunca se equivocan, es en cumplir lo que
prometen y una de ellas es que: “gobernador que no reconozca a la Asamblea
Nacional Constituyente, no podrá recibir el cargo” y esto lo dijo la fosforito
y este no es un mensaje confuso, está muy claro y no sujeto a interpretaciones.
Antonio
Gala, del que ya he escrito, llegó a decir que Andalucía era la gran puta, la
poseyeron los árabes, los cristianos y todo aquel con poder y que su gran
mixtura cultural producto de tantos maridos podía definirse en tres puntos: el
hojaldre, el dulce cabello de ángel y el jamón. Yo no puedo darle la espalda a
la realidad como hace una gran cantidad de fanáticos patrióticos, no, no puedo,
mi educación y mi formación me empujan al borde del acantilado para poder ver
mejor el vacío y también el horizonte y ojalá (palabra árabe andaluza que
significa “si Dios quiere”) que Venezuela no se esté convirtiendo en la gran
puta del Sur, con la intervención del comunismo cubano, los chinos deudores,
los rusos y hasta el Hezbolla.
La
oposición debe dar los mensajes sin confusión como lo hicieron los más de
ciento veinte muchachos asesinados en las protestas por la libertad, ¡eso es un
mensaje claro!, pero cuando sus muertes no significaron sino acelerar las
elecciones que perderán, que trampearán como es su costumbre, se instala, al
menos en mí, una terrible confusión de si saben realmente a donde van o peor aún,
de si saben realmente contra quien se enfrentan y donde están parados.
El
enemigo lo logró una vez más. El esfuerzo de combate se diluyó, para hacernos
entrar en la diatriba del “¿derecho al voto?”, en la diatriba de las
arrogancias, de las vanidades, en fin, en la diatriba de la mágica seducción que
siempre da el poder, aunque sea poquito, condicionado por la dictadura o
vigilado por los murcigleros prenombrados.
No
obstante, vayamos a votar, por aquello de la unidad en los objetivos, pero es
importante entender que hace muy poco, el gobierno y la Guardia Nacional
estuvieron en jaque producto de las protestas. Ese fue un mensaje claro.
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