PERDIDO EN EL AIRE

PERDIDO EN EL AIRE

            Un poco tirado sobre la barra del sencillo bar danés.

            Gretel, dame otra cerveza.

            Ya basta, tú eres menor de edad.

            ¿Realmente esa es la razón?, estás hablando con un piloto de combate alemán y con mucha probabilidad no llegaré a los veinte años de edad. Mañana haré mi primer vuelo, aquí estamos en guerra y no hay muchas horas de entrenamiento, no hay simuladores, no hay aviones de dos plazas, mañana con certeza voy a morir, sin que nadie me mate, es el sistema el que me matará, voy a volar mi Messerschmitt, ese latón que queda después de muchas refriegas y mal mantenimiento y ¿me vas a negar una cerveza?, ¡tráemela inmediatamente!, ordenó. Con la lengua un poco enredada, con la vista a lo lejos en ninguna parte, decía para sí: “somos los pilotos con menos horas de entrenamiento, estamos en una tierra extraña e invadida por la brutalidad, estamos en la monarquía más antigua del mundo con más de mil años, estamos en el Norte de un país gélido y si volara una sola hora significaría para el Reich una tonelada de combustible que no tienen, pero lo que sí tienen es mi vida, de la cual disponen, ¡que me traigas la cerveza!”

            La bandera danesa tiene 1200 años de enarbolada por primera vez, hay más bicicletas que personas, como también tienen más cerdos que personas y neva o llueve cada dos días, compuesto por unas cien islas y es el país con más premios Nobel en la estadística a nivel mundial. Todos sin excepción saben nadar y actualmente es el quinto exportador de alimentos a nivel mundial. Posee su propio y famoso parque temático llamado “Los jardines de Tiboli” construido en 1840 y en las llamadas piedras de “Jelly” hay dos inscripciones rúnicas que datan del 905 y es el primer registro de la palabra “Dinamarca”

            Este año, 2017, el estudiante de bachillerato Daniel Rom Kristiansen ha conseguido el avión y el cadáver del piloto alemán  Hans Wunderlich, de diecinueve años en su patio, realmente en el inmenso terreno de la granja que era de su abuelo cuando en Noviembre de 1944 se escuchó la colisión y como en el colegio le ordenaron hacer una tarea histórica, se le ocurrió explorar aquel cuento con su detector de metales y aunque el abuelo tenía fama de ser un poco mentiroso y exagerado en sus historias, esta resultó ser verdadera.

            La Alemania Nazi, había montado su base de entrenamiento aéreo en un poblado Danés llamado Aalborg, al Norte, a manera de estar cerca del canal inglés y librar la batalla contra Gran Bretaña.

            Los restos de Hans, fueron enterrados en Dinamarca y solamente le sobrevivió al joven piloto una hermana que falleció en el 2006.

            Murió como todos, solo y atrapado en la cabina de su avión que cayó por falta de combustible o peor aún, perdido en el aire, sin referencia visual por la nevada.

            Creo que será una gran historia, ficcionada, novelada, humana, sentida y basada en hechos históricos absolutamente comprobables. ¡Esta será mi próxima novela!