LA TÍA LOCA

LA TÍA LOCA

                        Estábamos en aquella fiesta; ya habíamos intercambiado todo lo que cualquier persona de sociedad puede a distancia prudente: miradas, olores, sonrisas y feromonas.

            Le pedí a mi amigo que me la presentara y ella a la anfitriona que la presentara y de repente estábamos los cuatro presentándonos y bailamos y mi mirada se iba involuntariamente al escote de Lourdes, porque así se llamaba.

            Caída la noche ya se marchaba y le pregunté en que parte de la ciudad vivía y me dijo que en El Paraíso, una urbanización caraqueña y se disponía a pedir un taxi cuando la detuve y le pregunté: ¿realmente sabes dónde queda El Paraíso?, si claro vivo allí.

            Riposté: si vives allí (en El Paraíso) entonces ya sé dónde vives, porque el Paraíso realmente queda en la habitación 225 del Hotel Meliá y allí amanecimos.

            La Tía loca también vivía en El Paraíso, de hecho su familia fue una de las cuatro más importantes de la sociedad caraqueña de principio del siglo pasado que se mudaron a la otrora nueva y bellamente diseñada urbanización.

            Juana María de la Concepción Méndez Guzmán es la “Tía loca” de familia acomodada aunque ella no tanto para el gusto de entonces, por cuanto era sencilla, habladora, distraída y más simpática de lo que se deseaba para una niña.

            Nació en Caracas en 1898 y murió aquí en Miami en 1979. Creo que vivió aquí porque esa Caracas no le cuadraba para su inquieta personalidad brillante y descollante.

            Compositora al piano, articulista y también caricaturista. ¿Ya saben quién es la tía loca?

            Creemos que fue la primera mujer que fumó cigarrillos en público y también la primera que se divorció para vergüenza de toda la familia.

            Todos comenzaron a llamarla por Conchita, pero vino a estudiar aquí en los Estados Unidos y ahora imagínense a un americano deletreando Con-chi-ra y mejor la llamaron con el sobrenombre más adaptado al anglosajón de “Conny” y a ella le encantó y lo uso por siempre.

            Conny Méndez, ¿la recuerdan?, la prolífica escritora metafísica.

            Cuando nadie hablaba de esto; ya ella era una avanzada visionaria de lo que hoy manoseamos a diario en aquello de que “eres lo que piensas”, pero resulta que la metafísica es Aristotélica y la Real Academia de la Lengua española posee muy variadas definiciones, pero la que a mi más se me cuadra es la siguiente: “Parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras. Modo de discurrir con demasiada sutileza en cualquier materia.”

            A sus nietas y bisnietas, en la familia, cuando hablaban de la famosa Conny Méndez la llamaban la tía loca, que por visionaria, audaz, estudiosa, talentosa, jacarandosa y dispuesta siempre, con frecuencia no cuadraba en aquella absurda, mojigata y retrógrada sociedad de finales del siglo XIX y principios del XX.

            ¡Creo que me hubiese encantado conocer a la Tía loca!, aunque al haber leído parte de su obra cuando en aquella época antes de 1979 pretendía a Lourdes, me atrevería a asegurar que ya la conocí.