EN LOS VERDES
CAMPOS DEL EDÉN
En
alguna calle de la Andalucía que le adoptó, luego de aquella entrevista en la televisión,
levantó la mano para detener al taxi.
El
conductor le reconoció y le pidió un autógrafo, a lo que el escritor preguntó el
nombre de la persona premiada. Se llama “Hermelinda” mi tía y le admira mucho.
¡Si
se llama Hermelinda, si!, porque debe ser valiente para llevar ese nombre.
De
humor fino e inteligente, el entrevistador le llegó a preguntar: ¿y usted me
odia? A lo que contestó: de ninguna manera, ¡le aborrezco! Y ambos rieron.
El
escritor Antonio Gala, prolífico como el que más, famoso como un torero,
querido y elegante, escribió: “Los verdes campos del Edén” por aquel
pensamiento de O’neill que luego pasaré a contarles.
¿Qué
haría Usted cuando luego de muerto se consiga de frente con Dios?
Pues
nada, porque no creo que me lo consiga de frente, seguramente no querrá
hablarme.
¿Y
del suicidio que opina?
Pues
lo normal, ¡que es una gran solución!, muchos deberían pensar en ello y España estaría
mejor.
Hijo
rebelde, pero estudioso, huraño a veces como los grandes pensadores, enfermizo
y de poco comer, pero su afición por los perros decía muy bien de él.
“Debemos
morir para averiguarlo.” “Dicen que existe la paz en los verdes campos del Edén”.
O’neill
Ya
he mandado a comprar el libro que llegará pronto, para regocijarme en la
inteligencia.
Antonio
Gala, quien siempre portaba un bastón sin tener problema motor alguno, llegó a
coleccionar hasta unos novecientos de ellos, con la firme intención de siempre
estar tocando madera.
Ya
sé que estás pensando que he cambiado el tenor de mis letras, pero a veces son
buenos los recesos.
Hoy
ha muerto otro niño de diecisiete años, hoy tampoco hay excusas contra esta
barbarie medieval absurda. Le han disparado una bomba lacrimógena con un fusil
horizontalmente y la foto del inmenso agujero en el lado derecho de su pecho,
me ha afectado sobremanera, hoy no existen excusas insisto y aunque vamos
ganando la batalla del bien contra el mal (y de esto no tengan ninguna duda, de
que vamos ganando), el dolor es igual.
Se
debe morir seguramente para entender que existe la paz en los verdes campos del
Edén. Roguemos por el alma joven de este niño, que hoy pasa a caminar sobre los
pastos verdes con el que describimos la infinitud.
Hola Jr, sintiendo la misma tristeza que tu te felicito por acertada narracion, me siento bien fisicamnete hablando, TOCANDO TIERRA, sin bastón como a veces me provoca cambiar, sin coleccion tan grande...llevamos en esta victoria del bien sobre el mal el promedio de un fallecido diario....hasta cuántos deben aumentar los fallecidos para que este regimen termine de admitir que no los quiere ni apoya NADIE con dos dedos de frente sin cabello y se termine este inicio de guerra civil que termiara siendo terrorifica por la perdidas humanas...cuidate amigo ,,,seguimos en la resistencia al castromasburrocomunismo...en los cinco puntos cardinales
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