ARMAS DE
DISTRACCIÓN MASIVAS.
Un
simulador de vuelo, una televisión inteligente con mas de ciento ochenta
canales, Netflix y cientos de películas y series a cuál mejores que no pienso
contar, youtube, Roku, Vudu, Hulu y otras plataformas de televisión, mas los
canales locales. Debo agregar un Tablet, también nuestro teléfono celular
inteligente, el laptop, el desktop, por allí pulula como una loca que todo lo
dirige Alexa, que lo mismo nos pone música, que regula el aire acondicionado, también
enciente las luces y si lo deseas puedes conectar la cafetera para que esté
listo a la hora que desees antes de levantarte de la cama, puedes pedirle que
te cuente un chiste sobre Fidel Castro o preguntarle cómo será el tiempo el día
27 de Julio del año 2086.
¿Vamos
a la piscina?, no, mejor jugamos tenis.
Con
este calor el tenis sería insufrible y en la piscina hay mucha gente.
Bueno,
hay un par de canchas de basquetbol.
Podríamos
ir a pasear por la bahía, pero ¿otra vez? Que fastidio.
No
voy a ir a jugar golf en la pandemia porque el bar está cerrado
El
humano postmoderno tal vez esté un poco enfermo, porque ha perdido la batalla
contra las armas de distracción masiva y poco o nada le complace y su apetencia
va en aumento, ya nada es memorable porque lo tiene todo, ya nada le impresiona
porque esas maléficas armas de distracción, compiten para subir la parada y
entonces con facilidad pasmosa, tengo amigos que se deprimen y yo tan solo me
pregunto ¿se deprimen de que, de estar muy distraídos, muy divertidos, muy
sorprendidos?
Es
que la lectura me aburre, me ha dicho lo que casi podría ser un pequeño ejército.
Si, te aburre porque la lectura te lleva por otros mundos paralelos, pero tu
no, tu no quieres sino vivir en la caja de los tontos que es la televisión y podrán
con cierta razón argüir que solo ven cosas altruistas, programas que le culturizan
y yo estoy de acuerdo con ellos, con la pequeña diferencia de que cinco minutos
después de ver la vida de Napoleón Bonaparte si les hiciera una sola pregunta
no podrían contestarla, entonces se presenta la paradoja ¿estabas viendo el
programa o estabas solo viendo la caja que transmitía el programa?
Como
comprenderán mis amables lectores, me refiero a las personas que vivimos por aquí
en los Estados Unidos, porque los de Venezuela, le dan gracias a Dios cuando
consiguen un pequeño alivio al llegarle el agua o la luz o el internet, pero no
crean, están igual de subyugados por estas armas de distracción en masa.
La
respuesta, mis queridos, no esta afuera, la respuesta la conseguirán en los
millones de líneas que han escrito hombres que han vivido con intensidad la
verdadera vida y que podrían acaparar millones de años de experiencias porque
el que lee, viaja gratis, se divierte gratis, se vacuna contra la demencia
senil, reticula su cerebro, afina su ortografía y está teniendo una íntima conversación
con alguien inteligente.
Esa
es la única contramedida, contra las armas de distracción masivas.
Bernardo Jurado
es escritor. Director de ‘Jurado, grupo editorial’ para escritores consagrados
y noveles.
Aunque al final, la moraleja refleja el sentimiento de la lectura y sus consecuencias, siempre positivas, no puedo negar que viviendo en Venezuela, me sentí un poco excluido o fuera de contexto, al principio de este fenomenal escrito, el cual comparto en toda su extensión.
ReplyDeleteMi preparación académica, en liceos públicos, no evitó que los profesores nos enseñaran la pasión por la lectura, la cual ha permanecido por años. No obstante, fracasé al querer llevarlo a mi generación de relevo. Mis hijos, pese a tener una modesta colección de libros, de los más variados aspectos, no sienten ese afán de leerlos y puedes estar seguro, estimado amigo, que intenté varias estrategias para lograrlo.
Asumo que se trata de comodidad, flojera cerebral o algo más complejo, pero como siempre he sostenido, tu alertas sobre lo malo y sobre lo bueno, quien lo omita, pasa el susto o pasa el gusto.
Gracias por este magistral escrito. Dios quiera y logre captar la atención de algunos de los afectados por esas armas de distracción.
Saludos y bendiciones.
Estupendo y acertado como todos sus escritos que he leído
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