LA SOMBRA
BLANCA
Le
han puesto precio a la cabeza de Nicolás Maduro Moros, si, quince millones de dólares
no es poca cosa. Por las otras larvas ofrecen diez millones, pero a lo que
vamos, que aquí no queda este bello cuento.
En
esta ecuación delincuencial faltan muchas personas, todos los participantes,
sin excepción, además no dejen por fuera al generalato completo y a Jorge
Rodríguez, a Juan Barreto, a Pedro Carreño, a José Vicente y su hijo, a los
embajadores del cartel, a todo el tren Ministerial y allí me detengo porque hay
una, muy dolida, porque no tiene novio, porque no la quieren, porque es fea,
resentida y bruta y yo lo lamento y con cierto disgusto a favor de la
desamparada pregunto en este espacio: ¿y nadie piensa ofrecer ni siquiera una empanada
de cazón por Delsy Eloina Rodríguez?, ¿Dónde quedan los derechos humanos y la
autoestima de Delsy?, por favor que un alma piadosa la tome en cuenta, para que
salga furibunda a gritar que este es un atentado contra Venezuela toda, que
alguien le haga el amor, o al menos la lisonjee un poco antes de ir a la cárcel,
si es que acaso va, porque tiene tan mala suerte que de repente ni siquiera
purga prisión y ¡eso no se hace!
La
guardia más cercana de Nicolás debe estar sacando cuentas, la misma Cilia
Flores lo está haciendo, porque con quince millones libres de impuestos, más
una buena negociación de vivir en USA si entrega al ahora prófugo, pues nos retiraríamos
muy cómodos y probablemente ni siquiera tendremos tiempo de vida para moler esa
cifra o tal vez sí, pero ¿Qué importa?
La
sombra blanca es un concepto acuñado por Carl Gustav Jung, quien fue discípulo de
Freud y que luego se separó un poco aduciendo que Freud se quedaba detenido en aquello del sexo, con el complejo
de Edipo y Electra, pero es ese fenómeno en que una persona esconde su alegría
porque en el ambiente donde se maneja, las cosas pueden estar tan mal que no se
vería conveniente que alguien estuviese alegre y es eso lo que debe estar
pasando en los parajes presidenciales venezolanos, en los ministerios, sobre
todo en el de defensa. Estoy seguro que muchos estarán alegres o ¿ustedes creen
que todos están bien, que no se dan cuenta que esto debe acabar?, pero no
pueden demostrarlo, ¿se imaginan?
Es
un buen fenómeno psicológico este de la sombra blanca, porque en términos personales
si yo tuviera que ocultar mi alegría y el ambiente no me lo permitiese, pues,
con facilidad pasmosa cambiara de ambiente, pero ellos no, ellos han dado el
alma al asalto, al saqueo y ya no hay vuelta atrás, porque bien saben, excepto
la fea Delsy, que tienen dos caminos, los cuales son: la cárcel o el
cementerio, no hay una tercera vía.
Los
venezolanos de bien agradecemos al gobierno Norteamericano, por lo que hace en
favor de la libertad, de la concordia, del orden y la ley.
Bernardo Jurado es el autor de “La fragancia de la rebelión” y ocho
libros más, todos a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de
Miami y el mundo.
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