EL REGALO
ORIENTAL
Nos
llega por los medios digitales que en Italia el número de muertos ha superado
al de China y no lo creo, de hecho lo aborrezco, porque estoy persuadido, estoy
convencido de que es mentira.
El
gobierno comunista chino guardó la información de la pandemia por cuarenta largos
e infames días, mientras sus pobladores morían como insectos. Bien sabemos que
los comunistas asumen como una derrota cualquier cosa que no vaya a favor de su
absurda doctrina y lo esconden, solo desean mostrar sus supuestos logros y
todos bien sabemos que por cada humano que falleció por el Coronavirus en
China, le siguieron miles que no sabemos, entonces ¿Cómo determinar que en
Italia el número de muertos sobrepasó a China? No lo sabemos, lo que sí, es que
sobrepasó el número de muertos que dijo el mentiroso, el lascivo, el esclavista,
el violador, el abusador gobierno comunista Chino.
Lo
mismo pasa con el gobierno comunista cubano y también con el venezolano,
simplemente no asumen sus responsabilidades, las ocultan, les dan la espalda
mientras sus pobladores fallecen asfixiados o por paro cardio- respiratorio.
El
regalo oriental no termina aquí, por el contrario, está empezando, porque ya
están anunciando los muy infames que no han reportado más casos y con una
suerte de sorna en la cara, con la mascarilla corrida para que pueda verse la
sonrisa de triunfo, nos dejan saber que en Wuhan ya no hay coronavirus, que están
prontos a tener la vacuna, que todo está normal.
Mientras
un obrero de una compañía de fabricación de autos aquí en los Estados Unidos, como
puede ser la Ford, Chrysler, GM o cualquier otra, cuesta unos sesenta dólares la
hora de trabajo, en la china hablamos de centavos de dólar y si le llegase a
pasar algún accidente fatal al pobre obrero, pues, se le da una patada al cadáver
y se llama al siguiente, porque es una sociedad esclavista e inhumana.
El
verdadero regalo oriental es la mentira, el absurdo, que ha puesto en jaque al
mundo libre por la irresponsabilidad de ese gobierno que obliga a sus esclavos
a comer casi cualquier cosa que se mueva, respire o no, a comer cuanto bicho
exoesquelético o endoesquelético quede aun caminando por las alcantarillas, a
comer perros de manera industrial, por supuesto a ingerir insectos y murciélagos
que todos sabemos que al igual que las ratas son vectores transmisores de
endemias terribles como la rabia, leptospirosis,
salmonella, parásitos, peste bubónica, peste septicémica y peste neumónica, hantavirus
y cualquier otra cosa que pueda su imaginación producir.
El
mundo nos ha cambiado por este regalo asiático, ahora ya no somos libres por
sus mentiras, estamos confinados y sin producir los medios, mientras nuestros
sistemas de salud se resienten y nuestros médicos y enfermeros se quiebran la
espalda tratando de conseguir la verdad.
La
verdadera plaga no es el coronavirus, sino el comunismo que mata por asfixia al
mundo libre con su irresponsabilidad y arrogancia. Esta es una guerra sin
cuartel y debemos dar la justa medida a los culpables.
Bernardo Jurado es el autor de “La fragancia de la rebelión” y ocho
libros más, todos a la venta en Amazon y las más importantes librerías de Miami
y el mundo, ¡cuando las abran!
Te doy la razón !! Cuando acabe esta pandemia hay que pasar factura a los chinos
ReplyDeleteJosefina Osio