PRESIONES
OCULTAS
Sí, yo rompí
el record mundial de cien metros planos, eso lo sabe todo el mundo en mi pueblo Altagracia de Orituco.
Recuerdo
perfectamente cuando me gané aquella competencia del driver más largo y también
cuando hice el hoyo en uno, que como todos ustedes suponen no es nada fácil, la probabilidad de hacerlo
es uno entre 8888 oportunidades y todos mis amigos que estaban tomando cerveza
debajo de la mata de mango en la Cumaca, lo vieron.
Recordarán
por supuesto; y hablando de otra materia, cuando también me gané el premio literario
de la Escuela rural de Bárbula, con aquellos cuentos de terror.
Lo
que arriba he descrito a manera de sátira por supuesto, no es una burla, sino
un ejemplo. Nada más alejado de mi intención, pero es importante recalcar que
las grandes cosas pueden pasar en
cualquier lugar y si no se publicita simplemente no existe, sino tiene el público
correcto, pues, me temo que jamás sucedió, si no posee la cobertura de conocimiento
acorde con la influencia, pues ha desaparecido, excepto para los borrachines
que la vieron por casualidad y que como es de esperar, no escribieron, no
documentaron ni hicieron nada para que la hazaña fuera tomada en cuenta como un
record.
El
año en que se rompió el record de carrera de la milla en un tiempo impensable
de cuatro minutos, ese mismo año al abrirse la mente, otras treinta y siete
personas lo hicieron y ¿saben porque? Porque hay presiones ocultas y paso a
explicarlo mejor: cuando nuestra mente entiende que si se puede hacer, cuando
la mente sabe que otro igual de capaz y entrenado ya lo ha hecho, permite que
lo intentemos. Esa es la vía larga, la espera a que otro lo haga, pero hay una
corta, la cual es rodearse de personas capaces, competitivas, agresivas en términos
de logros, proactivas, bien habladas, con visión de futuro y si caso no ha
conseguido a esas personas, comience a serlo Usted y ya verá que las leyes físicas
nunca dejan de trabajar y como la gravedad atrae los cuerpos contra el planeta,
Usted atraerá a esas personas que le impulsarán a llegar a sus propios límites.
En
lo personal, siempre me reúno con escritores, artistas y pensadores de buen
humor, nuestras conversaciones son insignes, susceptibles de ser grabadas,
televisadas y en esa barra del bar, los demás guardan silencio, porque ante ese
tipo de personas descritas, los demás solo ponemos atención y dejamos que
nuestra mente se abra, se expanda y cubra los lugares de vacío.
Estar
con los mejores siempre crea una presión para el progreso, entrenar su mente,
disciplinarla, educarla y llenarla con cosas, pensamientos, anécdotas, humor,
literatura, poesía, y risas, siempre, en el cien por ciento de los casos le
dará beneficios absolutamente comprobados de manera que fume marihuana y será
uno de ellos, ingiera cocaína y ya sabrá a donde irá a parar, o reúnase con
intelectuales y pensadores y su vida recibirá como una bendición una presión oculta
que le impulsará a vivir y morir mejor.
Bernardo Jurado es el autor de “Divinos, luego humanos” y ocho libros más,
todos a la venta en Amazon y las más importantes librerías de Miami y del
mundo.
https://youtu.be/OnDiy8I_rPo
ReplyDeleteHe aquí un ejemplo...
ReplyDeletePor eso, de vez en cuando hago rendevoiz con amigos como tu.
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