LAS HIJAS
DEL CAPITÁN
Y
me dijo: quiero escribir una novela a lo que yo contesté: ¿estas lista para
correr los cuarenta y dos kilómetros del maratón? No, tengo que entrenar, me
contestó.
Si
nunca has escrito, por ende nunca publicaste nada, ¿Qué te hace pensar que
estas lista para abordar lo que a mi juicio es la reina de la literatura? ¿Crees
que realmente es fácil escribir y cautivar desde el silencio de las letras y
subir el volumen de las mentes y el ruido de la
imaginación de tus lectores? Pienso con todo respeto, que es una amable
arrogancia, pero yo no soy un editor que corta iniciativas, al contrario, soy
un escritor respetuoso pero competitivo y si deseas publicar debes contestar
algunas preguntas: ¿actualmente que estás leyendo?, pues nada porque estoy
ocupada.
Entonces
ataqué con todas mis fuerzas para hablarle de Hemingway y su truco de frases
cortas pero explosivas, de Benedetti y su fino humor lleno de sabiduría, de
Borges y sus cuentos; más reciente a un Leonardo Padura y su serie policiaca siempre
escrito en Mantilla, de Armando Caicedo y su inagotable imaginación y me interrumpió:
¿y Usted que está leyendo? Y contesté sin pensarlo: leo a María Dueñas y su
excepcional obra “Las hijas del Capitán” ¿y de sus escritores, me refiero a los
de su editorial hay buenos novelistas?, sí, tengo a uno que no es bueno, es
eximio, descollante, luminoso, inagotable, escribe como los dioses, supera a
cualquiera y se llama German Rodríguez y vive en Galicia, pero no te puedes
imaginar lo que te digo, debes leerlo, debes masticarlo y bañarte en sus aguas
para que realmente sepas como debe hacerse una novela, pero también debes leer
a todos los anteriores en todas sus obras y aseguro que estamos cortos para
escribir una novela.
Entonces
atacó con una saeta envenenada: ¿y usted ha escrito alguna? Y decidí no
contestar por cuanto me di cuenta que jamás me había leído pero se sentó con
algo que debe tener un escritor, cierta arrogancia y valentía.
María
Dueñas nos narra la historia de tres hermanas que llegan en barco desde España
a New York y comienzan esa encantadora travesía de ser emigrantes, una travesía
que requiere precisamente los que ella tiene: ¡arrogancia y valentía! Para poder
sortear todos los escollos que la vida nos pone cuando la comenzamos de nuevo.
El
Capitán era un restaurante de tercera categoría que heredaron de su padre
fallecido en los muelles a consecuencia de la caída de una grúa; y quedaba en
la catorce calle en el corazón de “Little Spain”
Las
tres hermanas tenían algo en común: una fe irrefrenable en tener éxito y
describe la obra una serie de detalles fascinantes que me han hecho reflexionar
sobre mi propia inmigración, aventura a veces agria, pero que requiere arrojo,
aventuras épicas y con frecuencia inciertas en que se convierte cambiarlo todo,
hasta las más memorables costumbres, metabolizarse en una cultura e idioma
diferente.
Ciertamente,
¡la novela es la reina de la literatura!
Bernardo Jurado es el Director de “Jurado Publishing”, ahora grupo
editorial, con una treintena de libros publicados a escritores consagrados y
noveles.
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