NUEVAS
NOSTALGIAS
Termina
siendo como una suerte de morral, lleno de piedras, que se lleva con cierto
gusto si tu vida ha sido medianamente amorosa, honorable, honesta, pero como
todos bien sabemos, sin excepción tenemos en alguna parte del bolsillo al
miserable que intentamos domesticar, educar, disminuir. Es ese Jean Val Jean de
Víctor Hugo en aquella edición en cuero, con letras en oro que tuve en mi
biblioteca en Valencia, Venezuela; y que en materia de contenido, algo más práctico
para estas latitudes benditas, pues, poseo en edición barata aquí en Miami,
pero muy manoseada, releída, para siempre acordarme, para siempre despertar la
virtud, si acaso poseo alguna.
Si,
aquel libro, lo había comprado para mis hijos y sus páginas eran en una suerte
de papel muy ligero, bíblico, delgado y cuasi transparente, excelente al tacto,
como lo fue la conversación de anoche.
Anoche,
si, esa noche de risas y vino donde abordamos esas extrañas vías que siempre
tiene la caligrafía, porque son ellas una buena manera de pensar. Mis cultos
amigos ¡Cuánto les quiero!, porque yo no los escogí ni ellos a mí, fue una combustión
espontánea y son la personificación del privilegio, porque los vecinos son como
la familia, simplemente esperamos que salgan buenos y amables, cariñosos y
respetuosos, educados y buena gente y así son ellos, porque me mudé sin saber
nada a esa bella casa y les conocí: al frente Simón y Cecilia de quienes ya he
escrito y al lado Evelyn y Néstor, silenciosos, amables y queridos.
Creo
que pasaron catorce años y anoche vinieron a visitarme, a despertar esas nuevas
nostalgias de tiempos vividos juntos, de recepciones y conversaciones lejanas y
divertidas, en fin, de aquel ejercicio de re-encender la fogata que aún vive; y
bebimos vino español y tuve el privilegio de intentar cocinar para ellos y
cenamos y conversamos bajo el manto de Gracián de Aldereté cuando dijo: “La
noble conversación es un intercambio de corazones” y claro que intercambiamos
nuestros afectos ¿Cómo no hacerlo, si les quiero tanto?
Miren
esto que he conseguido: “Donde reina el amor, sobran las leyes”, Platón; y ayer
conversamos sin agenda, sin empaches, sin hablar mal de nadie, como lo hacemos
las personas convencidas del poder de la palabra y el cuido de ellas, para
podar nuestra psiquis, bueno, corrijo, ¿Cómo hablar bien de lo que pasa en
Venezuela?, pero hicimos un alto, un receso en la barbarie y el Holodomor.
Los
Doctores Néstor y Evelyn Sánchez vinieron anoche y fue un privilegio. Vinieron
y cumplieron estrictamente con lo descrito por Truman Capote: “El amor y el
aprecio por no tener geografía, no conoce límites”
Anoche,
memorable y sentido encuentro, salimos en nuestras mentes a buscar nuevas
nostalgias, simplemente como un sano mecanismo de defensa, para que no nos
atrape el pasado.
Gracias
por visitarme, mis siempre queridos y fraternos amigos.
Bernardo Jurado es el autor de "Divinos, luego humanos" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerías de Miami y el mundo.
Saludos estimado amigo, me contenta que te hayas encontrado con esos vecinos y amigos connacionales para esas nostalgias y esperando que Bolivia encienda la llama de la eseranza para una mejor calidad de vida en el perfecto tiempo de dios....esta semana y una des´pues de su Sra Narlene, se fue el CA MOreno Zambrano....qdep,,,,cuidate mucho ..
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