DUELO
DIFERIDO
En
la consulta psicológica, la dama en cuestión estaba preocupada por la muerte
accidental y violenta de un hijo, pero más allá de ello, su preocupación estribaba
en que no lloraba aunque reconocía que
estaba un poco triste, pero no es necesario pasar por ese inmenso dolor para
que podamos entender, que debe ser atropellante, inconcebible e indescriptible.
Poseía
un pequeño periquito, en su jaula, que le alegraba lo que le quedaba de vida y
a los pocos meses del accidente del hijo, ella consiguió al ave en el fondo de
la jaula, muerta; y desconsolada, comenzó a llorar por días y hasta semanas,
hasta que sus familiares la llevaron nuevamente al terapista precitado.
“¡Ella
no llora por el periquito, ella tiene un duelo diferido!” dijo el galeno de la
conducta.
Los
militares venezolanos, poseen un duelo diferido, sobre todo, aquellos que extrañan
al saqueador que les dio los soles para pertenecer a la casta de los sin nada, cómplices
abiertos, confesos y participantes del saqueo más grande que se ha hecho a país
alguno en la historia de la humanidad, donde Atila y sus Hunos serían una
suerte de amateurs en aquello de robar.
Ordenan
a los pobres subalternos y cuando digo pobres lo digo en serio y en uso de toda
la etimología que la Real Academia Española pueda obsequiar a la palabra,
porque no solo poseen sueldos miserables sino que su moral escasea como la
carne de res, sus principios fueron negociados por otros que los mandan y les
obligan a decir en este duelo diferido que ¡Chávez Vive!, ¿habrán visto mayor
muestra del hecho de reptar?
Quisieran
que el infiltrado comunista difunto siguiera vivo para poder seguir cobrando en
misiones, dádivas, bonos soberanos, días libres, feriados y demás triquiñuelas
parásitas y llegar a ser Generales, gordos por su ingesta obscena de todo lo
que les pase al frente de su redondez de criterios.
Yo
creo que tienen razón: Chávez si vive, pero le pasó como a Marx que murió sin
ver el legado de hambre, miseria humana, lástima y ninguna autoestima que ha
dejado su paso por este mundo del cual se aprovechó en detrimento de los demás,
en detrimento de la moral, de la inteligencia, de las buenas formas, de la educación,
de lo militar, de la patria, de la amistad y hasta de Dios a quien retó en
aquel llamado bíblico cuando maldijo al Estado de Israel o cuando le ofreció “lo
suyo” a su esposa en cadena nacional aquella noche en que todos rieron en
abierta sorna al sexo que tendría la dama con el farsante cuando llegara a
casa, cuando todos sabían a voz queda, que ese matrimonio estaba signado por el
desamor, la indiferencia y por grandes intereses.
Si,
existen duelos diferidos, pero al hacerlo se le da la espalda a la realidad que
a la vez se convierte siempre en un obstáculo insalvable que estorba el
pensamiento y que hace aflorar más temprano que tarde a ese miserable que
describió Víctor Hugo, con quirúrgica precisión.
Excelente
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