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Friday, September 28, 2018

“CAFÉ BOLERO”


“CAFÉ BOLERO”

            Son patológicos, son dolorosos, con ese halo a sufrimiento, pero ¿sabroso?, no lo entiendo, pero a la vez me gustan.

            Alguna vez escribí para un periódico local algo titulado así: “La patología del bolero” en alusión a lo predicho pero mi amigo Eduardo, tenía tiempo hablándome del lugar y ahora le acuso de no haberme insistido porque entre la rutina a veces asfixiante, la disciplina autoimpuesta, rigurosa, en oportunidades aburrida pero siempre fructífera, asisto a los mismos lugares, donde ya me conocen, donde no pierdo tiempo, donde me dan el trago de acuerdo a mi mal humor, pero con sonrisas.

            Ella, estaba cumpliendo veinticinco años de haberse graduado de médico y hablé con Eduardo quien alineó los planetas de manera magistral y quirúrgica y di esa orden militar que me encanta: “ponte más bella, despampanante, porque esta noche te daré una sorpresa, saldremos a las ocho” y como siempre, como toda dama, me ripostó: ¿y cuál es el outfit?, ¿gala, coctel, informal?

            Muchos conocidos para mi sorpresa, es un sitio con una ecotimia tan positiva, que te hace sentir en casa y apareció Liz, una bella venezolana, amable, servicial, dispuesta a atendernos con más sonrisas y yo estaba encantado.

            Rey, el extraordinario músico, animador, showmen, pianista, humorista de primera categoría, también me saludó como si fuéramos viejos amigos y pedí la botella de vino tinto y comenzó la fiesta, el baño de cultura, de ricura, de sabrosura musical y ella estaba encantada y yo más.

            Café Bolero, es el sitio al cual me refiero, solo abre los jueves, viernes y sábado y nadie puede entrar si no tiene una reservación y me temo que el permiso de sus clientes habituales que ya tienen sus mesas, sus feudos, sus reinados particulares, es una suerte de cofradía exclusiva y las camareras, forman parte de la casa, se divierten como nosotros y no paré de reír y de impresionarme, tanto que para colmo de mi suerte estimando las diez de la noche apareció el muy famoso y talentoso Meme Solís, y pedí otra botella, porque esto no me lo podía perder.

            La noche transcurrió entre maestros, realmente cantantes de óptimo performance, todos maduros, todos acariciando la patología del bolero, una dama con voz de ángel cantaba mejor que Lisa Minelli y no estoy exagerando, mientras Meme la veía con admiración.

            La Doctora Doris López a quien me temo que pretendo o ella a mi o los dos juntos, estaba extasiada con ese ambiente de personas maduras con actitud juvenil, ese ambiente amable, divino que solo se consigue entre gente decente y talentosa.

            Fuimos realmente privilegiados de haber sido aceptados por todos ellos, a todos abracé, a todos estreché sus manos de cariño, bailamos también y Meme Solís tomó el piano a un metro de distancia de mi asiento, para recordarme esta cara de la bella Miami, que me colonizó hace más tiempo del que recuerdo, esa cara linda de la mágica mixtura del gentilicio miamense que nadie sabe de donde es, pero todos saben que son de aquí.

 

           

1 comment:

  1. Bernardo, pudiésemos conversar un par de minutos? Sammy Eppel
    3057992724

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