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Thursday, June 28, 2018

LAS AVENTURAS DE CHUSMALADY


LAS AVENTURAS DE CHUSMALADY

            Yo la conozco a ella. Si, la conozco muy bien y es divertida y agradable, pero solo con quien quiere.

            Ha aprendido a hablar inglés y hasta ha llegado a decir que es original del quincuagésimo segundo estado de la Unión Americana y cuando, con cierto riesgo de vida se le intenta corregir, diciéndole que Estados Unidos solo posee cincuenta estados, pues, se transforma, levanta la voz, arguye amenazas terribles, parece posesa por el diablo y contesta con una pregunta: ¿Y Puerto Rico y Come Away? Y no deja de agregar el adjetivo calificativo: ¡ignorante!

            Allí, ya guardo silencio, porque me da miedo, pero hago un par de respiraciones que logran distender mi plexo solar y ella vuelve a ripostar: ¿y tú, porque estas pálido, tienes diarrea?

            Con voz entrecortada, producto de que el torrente de aire está en merma y con actitud de extrema precaución, repregunto: ¿y cuál es ese Estado “Come Away”?

            Hay que ver que tú eres bruto, me contesta sin empaches, podrás ser muy escritor, pero de geografía nada sabes. “Come Away”, es donde yo nací.

            Y, vuelvo a arriesgar la vida, haciendo una imprudente interrupción: ¿y tú no eres cubana?

            En eso llega Fidel, quien es cubano y ya saben porque y nos escucha tras soltar una carcajada.

            Debo confesar que ya a este punto de la conversación, me encuentro absolutamente perdido, confundido y aterrado, dubitativo y ensimismado.

            Alexei, quien es venezolano, informa que el café cubano, que viene en un envoltorio colombiano, ya está listo y nos sirve en pequeños vasos plásticos que tomamos de un solo trago.

            Estar cerca de Chusmalady es encantador y paso a poner un ejemplo: si con gentileza, quieres limar las asperezas del más reciente encuentro violento porque se te ocurrió no estar de acuerdo y le preguntas: ¿Chusmalady, a qué hora vas a almorzar?

            Ella, sin un ápice de dulzura te contestará: “a la hora que me dé la gana, ¿Por qué?”

            Se debe poseer una inmensa capacidad de meditación para tratarla, debemos entender que ella es cinta negra en carácter, le fue inoculado intravenoso veneno de serpiente cubana y la alimentaron seguramente con alguna poción de restos óseos de una caimana vieja.

            Su esposo, que es mi amigo, es una víctima a la que agradecemos, por cuanto de alguna manera ella drena en él toda esa educación que como pionera recibió en la infancia, pero yo la aprecio sobremanera. Tuve que ir al psicólogo para tratarme, porque estaba sumamente preocupado de que Chusmalady me diga las más ofensivas atrocidades y yo me ría, sí, eso no está bien y el diagnóstico del galeno ha sido: “Síndrome post traumático”

            Yo me hago el loco, para proteger mi vida, pero quiero que sepan que Chusmalady que se la tira de americana, no es de ningún “Come Away”, sino de CAMAGUEY.

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