UN CHIVO EN
LA SALA
Las
personas que me conocen bien saben de mi cariño hacia las mascotas. Mi primer
lector o mejor dicho, escucha, de mis escritos, era mi perro fallecido el año
pasado. Se sentaba a mis pies, expectante, pero de vez en cuando cabeceaba y se
dormitaba, hasta que yo decía: Listo Cotufa, ¡lo termine! Y me escuchaba.
Se
llamaba Cotufa Jurado, un buen perro, un buen amigo, casi un hijo.
Como
tengo también dos hermanos que son Médicos Veterinarios, también recuerdo aquel
permanente pugilato entre mis padres y ellos, porque traerían aquella lora loca
que gritaba que era adeca (o sea, perteneciente a uno de los partidos políticos
más importantes), un Pastor Alemán, más loco aun llamado Calamar, como el buque
que Comandaba Papá, un gallo de pelea que le habían regalado en Margarita,
nuestra perrita Jossette y el gran Hitler, un Yorkshire Terrier que se creía Rambo,
con un ego inflado y que pensaba que él era el único perro feroz y valiente de
la humanidad, todos pensábamos que consumía drogas y alcohol, porque buscaba
las peleas con los perros más grandes, con arrojo impensable y suicida.
Y
luego llegó mi tío Santos y le regaló a mi hermano la fortuna de novecientos bolívares
para que se comprara aquel caballo que parecía más a Rocinante del Quijote que
a un equino criado en una ciudad, flacuchento, jipato, macilento y era blanco y
mis hermanos lo veían como si fuera un corcel alado y lo tenían en el terreno vacío
que había frente a casa en aquella Caracas amable de los setenta. Lo bañaban
casi a diario, creo que ellos dejaban de comer para llevarle bocadillos y
comenzó a ponerse bello, si, se puso gordo y bonito, así actúa el cariño y el
amor o ¿no han visto a una mujer enamorada o mejor aún embarazada?, se ponen
bellas, hasta la piel luce diferente, cuando se sienten amadas.
A
lo que vamos con cierta vergüenza, porque estamos hablando de animales y
continuaremos: Freddy Bernal, que posee características que precisamente desde
mi punto de vista intelectual, no son halagadoras: asesino, truhan, ex policía arbitrario,
un poco terrorista, abusador, desquiciado, se viste con una suerte de uniforme
de Mariscal de Campo francés, lleno de condecoraciones seguramente ganadas en
muchas refriegas y batallas de la guerra económica, ha salido en un video, con
un corral de chivos en la sala de su casa en el Paraíso, una urbanización capitalina.
Si y para sorpresa de todos, asegura que es limpio, que se pueden criar los
chivos, que él lo está haciendo en su vivienda para paliar la escases de comida
y yo pienso que ese hubiese sido el sueño de mis hermanos veterinarios cuando éramos
niños, una casa llena de chivos, perros, gatos, puercos, caballos, venados, si,
hubiese sido lindo tenerlos a todos en la sala, en la biblioteca, en la cocina
para comer juntos, mientras seguramente mis padres reposaban en un asilo con
camisa de fuerza y la mierda y el orine, de todos esos bellos animalitos correría
libre por las escaleras y seriamos felices como Freddy Bernal y los chivos en
su sala.
Saludos estimado amigo, Algo distinto, pero bien vale la pena leerlo, y este fulano ahora..."PROTECTOR DEL EDO TACHIRA"....no hay mucho que pensar...cuidate.
ReplyDeleteMe hicisteis recordar a las quejas de mi viejo que decía que parecíamos parientes de la tira cómica Quintín, solo faltaba el burro
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