Search This Blog

Sunday, June 24, 2018

ODIANDO A TODAS LAS ROSAS


ODIANDO A TODAS LAS ROSAS

            Tienes el libre albedrio de odiar a todas las rosas si es que acaso alguna te pinchó, porque alguna te hincó y logró sacar una gota, de tu preciosa sangre. Este pasaje es palabras más o menos, de la obra “El Principito” y es aplicable a esas conductas arbitrarias y poco crecedoras de algunos. Y paso a explicarlo mejor:

            Hoy 24 de Junio es el día de la Batalla de Carabobo y también el día de lo que queda de Ejército en Venezuela, una suerte de montonera arrastrada, depauperada, minusválida, inoperante, larvaria y por ende odiada, cuyo representante más conspicuo es el mismísimo Hugo Chávez del que aseguran que aún vive y la fiesta sigue, pero imaginemos por un momento el caso de un Padre cuyo joven, soñador y pendejo hijo, sienta en sus venas el llamado a servir en el Ejército y que nada pueda hacerse contra esa decisión. Los militares pasaron por la fuerza de la ley de gravedad, de ser una de las instituciones con mayor prestigio a ser aborrecidos y déjenme seguir explicando.

            Si acaso ocurriera, que después de aquel terremoto donde la casa de los familiares se desplomó y donde perdieron la vida, algunos de ellos, pues, deberíamos odiar a todos los ingenieros y arquitectos, obreros y albañiles, ¿no creen?

            En aquel caso judicial, donde pagamos esa pequeña fortuna en el divorcio, el juez del caso falla a favor de algunos intereses de la Señora, pues deberíamos odiar a todos los abogados.

            Los pilotos también deben estar en la lista de los odiados, porque la mayor cantidad de accidentes aéreos es por falla humana.

            Ahora voy con lo que duele: ¡No todos los militares son corruptos! O que les parece que agregue: ¡no todos los militares somos corruptos! Lo que ocurre adentro es terrible y digno de estudios psicológicos, de hecho eso tiene un nombre en la psicología practica denominado “La quema del ideal”, pero a mi juicio no les han quemado el ideal, también las neuronas, los sueños, las apetencias y el orgullo, la autoestima y la sensación de pertenencia, pero no todos son así, no todos pueden ser así,  simplemente el sistema de miedo es atroz y sigo tratando de desenredar el entuerto: la arbitrariedad del ciudadano venezolano es tal, que en cada uno de nosotros está dormido un dictador y la verdad es que me da flojera discutir este punto. Piense lo que quiera, pero todos abogarían por un Generalote o un generalito que le diera un golpe a Maduro y hasta yo me anotaría en los aplausos, pero alto, ya basta de estúpidos como Chávez que como se puso muy bravo se alzó con su Batallón, porque si de bravos hablamos, todos deberían estar alzados.

            Yo los comprendo, la impotencia lleva a la desesperación, tienen razón y bien sé que seré atacado, pero se imaginan que después de que pase esta maldición, ¿cada Comandante se convierta en una amenaza al sistema democrático?

            Ahora es un problema militar, pero siempre ha sido un problema civil.

 

 

No comments:

Post a Comment