EL POPURRÍ
DE LA VIDA
Si,
la vida es un cajón de sastre, es algo lleno de cosas que llaman recuerdo, es
al final una locura encantadora.
Prefiero
recordar las risas que los llantos.
En
estos días me llama mi socio de Méjico, estaban rezando un rosario y me
advirtió que me pondría en voice speaker para que me escuchara la familia,
porque había muerto un tío muy querido y la pregunta no se hizo esperar: ¿Bernardo,
porque los rosarios poseen cinco decenas?
Le
riposte: error, querido amigo, poseen cincuenta y tres Aves Marías y le anteceden
un credo y se finaliza con el salve después de las cinco decenas.
Se
escuchó una voz de mujer: ¿y cuando se inventó el rosario? Y se lo expliqué con
la historia de 1211 y luego la Batalla de Lepanto en Octubre de 1543 y seguí
rellenando el popurrí de la vida y hablé del pentateuco y me dispersé tratando
de suplir las falencias teológicas sin éxito por cierto, pero lo más
importante, les pregunté: ¿están tristes? Y todos contestaron afirmativamente
en coro.
Pues
recuerden los ratos felices del buen tío, porque pronto vendrán sus tiempos y
tratamos de vivir como si fuéramos inmortales.
Se
hizo la media noche y después de esta santa conversación tuvimos sexo candente,
procaz, carnal, lujurioso y posesivo y no se contuvo para preguntarme
nuevamente: ¿Cómo después de lo que dices como si fueras un cura pasa esto tan
rico en la cama y yo como mujer me siento plácida, plena, amada?
Es
el popurrí de la vida, es el mágico lenguaje óntico, el que une las psiquis, el
que une al humano con lo espiritual o ¿es que acaso no sentiste que estabas
pasando a otro mundo? Y ambos reímos de mi arrogancia, pero con humildad, créanme
que no estaba lejos de la verdad.
La
vida es un popurrí, es el compendio de muchas canciones, de muchas piezas que
solo nosotros haremos magistrales, si poseemos lo que escribí en mi libro, que
a la vez es la recopilación tal vez burda del vivir de un laico pecador como
yo, con una férrea fe como la mía. Complejo esto, que trato de explicar en esta
noche de viernes.
Estudiamos,
leemos, crecemos sin saber porque, oramos sabiendo aún menos, sin poder
entender la intención y es allí donde está el meollo, en el poder de la intención.
Con
cierta frecuencia me escuchan decir (y ahora escuchan a mi hijo, por aquello
del inevitable modelaje), cuando me observan trabajar con disciplina neurótica a
veces, que ya tendré la muerte para descansar y es cierto, porque mientras
espero el santo momento, pienso producir, ejercitarme, crecer, reír, beber,
caminar como un perdido con un rosario en la mano y luego entrar al bar más
cercano y tomar todo lo que la prudencia ordene.
La
vida es un popurrí, de manera que llenemos nuestros días de múltiples piezas
musicales, que adornen y sal pimenten las horas ricas del ejercicio de estar
vivos.
ciertamente la gran mayoria la con ojos semicerrados y otros bien abiertos y lo (la) revolvemos cada vez mas para poder deglutirla y digerirla....y asi se nos van los años....de spues de los vein....TE....vienen todos los ....TA.
ReplyDeleteSaludos Jr un abrazo naval y amistoso a la ene...