UNA
PERVERSA COSTUMBRE
Una
buena práctica es ir siempre en contra de la manada. Huir de las
aglomeraciones, caminar en sentido contrario por las calles de New York. Pensar
de manera obligatoriamente diferente, puede hacer la diferencia con esa manada
absurda.
De
alguna forma fui obligado a hacerlo y llené mi camioneta de cosas, de juguetes
de mis hijos que estaban pequeños, de bolsos de playa y desobedecí mi propio
criterio al que consideraba lógico: ¿Por qué tendría que ir a la playa cuando
todos van, o sea en Semana Santa, cuando yo trabajo en el mar 365 días al año?,
por supuesto estamos hablando del 2003, donde no había internalizado el buen
habito de mandar a cualquiera al carrizo y me enfrenté con una inmensa cola de
carros que se dirigían precisamente hacia las playas de la Base Naval desde
donde el día anterior había salido. Un viaje de unos cuarenta minutos desde
Valencia a Puerto Cabello, se transformó en el verdadero viacrucis de un católico
como yo en la Semana Mayor, con el problema de que como le huyo al sufrimiento,
di una vuelta en “U” en la primera oportunidad y volví a mi casa, junto con el
disgusto de mi “ex esposa”, ¡talvez por eso es “EX”!, del griego exide: “salir
de”
Esa
absurda y perversa costumbre de los gobiernuchos de dar la mayor cantidad de
vacaciones colectivas posibles, pero en este caso, un caso que tiene que ver con
la religión católica estrictamente, pero que nadie absolutamente guarda en la
Venezuela lúdica y sexual donde me crié, por supuesto que no tiene sentido
alguno y deberíamos preguntarnos: ¿y si yo fuera judío me sale no trabajar los sábados
por el Shabat o si fuera musulmán requiero de vacaciones en Ramadán?
Por
su parte, con un país revuelto y disgustado, hambriento y desilusionado, sale
en televisión el animal celentéreo de Nicolás Maduro, (busquen el significado
de esa palabra “celentéreo” para que al menos puedan reír el día de hoy),
sentado en un columpio para niños, que violando la física aguantó y a su lado
su esposa Cilia con cara de “yo no fui”, vestidos con monos de deporte,
invitando a la comprensión, a la paz, al respeto ciudadano y hasta llegó a
hacer una cita bíblica que avalara su invitación.
Los
países que por supuesto tienen habitantes (no es el caso del reino de Tonga en
la polinesia), maduran como sus gentes, con el tiempo y con las experiencias
buenas o malas que moldearán sus conductas. Resulta que Venezuela está en ese
proceso de maduración y ya la Semana Santa se ve de otra manera, el entender
que las cosas como los gobiernos deben ser finitos y que lo único permanente en
la vida, tanto de los países como la de sus habitantes, es el cambio.
Venezuela
deberá aprender a trabajar, aprender a pagar y exigir los servicios, aprender
que la corrupción no es la vía al desarrollo y a entender que debe construir su
autoestima y dejar la pendejera de creerse más vivo, mientras se le cae al rededor
todo un país.
Feliz domingo de ramos y te envio una palma virtual para que hagas una crucecita y la veas hasta que se marchite resfirmando nuestro creer catolico, y cuando podia yo viajaba el viernes de concilio hacia oriento, marina El Morro, al final de Av. Ppl de Lecheria y zarpaba para pampatar donde fondeaba en el solar de la casa de mis suegros....se pasaba la semana ritual por allé y el viernes santo para atras....y no sufri lo de las rrancas infernales de trafico...siempre en sentido contarrio como dices en t perversa cosntumbre y el antonimo de bendito régimen que nos tiene como nos tiene, muchos "por allá" y millones por aquí, con bola de billar de marfil y navaja victorinox nueva porque a las otras de tanto afilar ya la hoja se desaparecio del desgaste....saludos y que te encuentres bien...estimado amigo...
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