SENSACIÓN
DE COMIENZO
Ciertamente,
esto está dado a personas de otra casta. No somos siempre los mismos, me los
consigo en el camino, mientras dejo
correr la tinta. Personas de otra casta y otros pareceres, esos son con los que
quiero estar, con esos a quienes la sensación de comienzo no los intimide.
Podríamos
darle un adjetivo que no existe, tal vez esa sea una forma de adjetivar o
calificar a esos entusiastas iconoclastas, imperturbables, apócrifos y
arriesgados ductores del oficio de vivir en cuentos y novelas ajenas que
siempre darán esa terrible sensación de comienzo.
Les
cuento: cada relación sexual, cada noviazgo, cada matrimonio da esa sensación,
pero, ¡como siempre los peros!, cada
enfermedad, cada muerto, cada pérdida posee la misma sensación.
Cuando
escribimos en la seguridad de ese estudio, de ese rincón de la casa donde hemos
decidido crear para los demás entre los cuales incluyo a mi propio ego que no
me pertenece. Cuando con aberrante disciplina, luego de la farra, de la fiesta,
del teatro o la ópera, decides escribir tus quinientas palabras antes de dormir
como si se tratara de tu higiene bucal, allí, precisamente en ese momento
posees esa extraña y ultraterrestre sensación de comienzo.
Les
comento, estoy escribiendo literatura, intento ser depurado en el lenguaje, pero
no puedo menos que decirles que es una mierda, es una tortura un cilicio católico,
que me hace botar sangre y duele mucho.
Escribir
diariamente, por voluntad propia es aberrante, pero a la vez les digo a los
noveles escritores, que si fuera por voluntad de otro, sería una suerte de violación
sin lubricante, algo definitivamente doloroso y jamás con resultados positivos.
Se los explico mejor: cuando comenzamos a escribir y poseemos en estos tiempos,
el éxito, tal vez la suerte, el tino de ser leídos es una bendición, pero a lo
que voy, no conozco a ningún escritor profesional sin disciplina, aunque
conozco a algunos escritores tarambanas y divertidos que están lejos de tener éxito.
Mi
muy profusa biblioteca está llena de ejemplares leídos con atención y cariño y
hoy he decidido regalar a Maribel creo que una media docena de libros que jamás
volveré a leer, por cuanto es cuestión de tiempo actualizarme con los más de
70.000 títulos publicados cada ano. Me he encontrado con algo halagador que
observo con suma humildad y agradecimiento: todos los libros están dedicados a mí
por sus autores, cada uno de ellos durmió conmigo (me refiero a los libros), a
cada uno los mimé (me refiero a los libros) y como es de esperar les guardo cariño
(también me refiero a los libros).
Este
oficio de escritor es tan difícil porque es simple y porque en él no podemos evitar
el disfrute de tener esa sensación de comienzo que enerva a los demás que no
viven desde el lenguaje epistemológico.
Ser
escritor es algo tan encantador, tan suigéneris, tan diferente a la vida
normal, que por eso, tal vez en Madrid nos traten como toreros famosos
hospedándonos en el hotel Wellington, como le pasó a Antonio Muñoz Molina.
Búsquenlo en YouTube para que puedan metabolizar ese arte de escribir que se
trastoca para el escritor, en esa “sensación de comienzo”
Saludos, Jr..que lo estes pasando bien con esa sensacion de comienxo que no logro desriptar y tratre de metabolizar a ver si definitivamente entiendo su concepto en ese contexto, suerte y exito en ese devnir que llamas aberrante...pero tu formación, genética, capacitación y disciplina humana te respaldan y con creces...saludos...buen tiempo y mejor mar con viento a favor...
ReplyDeletedesriptar=DESCRIPTAR
ReplyDelete