LA MUERTE
DE IVÁN ILLICH
Realmente
odiaba su modo de vida, burocrática, gris, bucólica, elemental, solitaria. También
odiaba a su esposa. Odiaba esa casa frugal, vieja y simple donde vivía, odiaba
levantarse en la mañana a hacer lo mismo durante toda su vida, odiaba la nieve.
Llegó
a ser juez, trabajo que también odiaba. Trabajo que le manipulaban desde lo más
alto, labor dada a influencias en una gran parte de los casos y luego de aquel
golpe sufrido al caer de la escalera cuando instalaba unas cortinas y que con
el tiempo se fue agravando, ya en el lecho de muerte; ya cuando no podía escapar
de ese agujero negro y desconocido que se le acercaba, le preguntó a su esposa:
¿y si toda mi vida ha sido un error?
¡Lo
lamento pero no pude dejar de acordarme de Mikel Moreno!
Para
quien no sea venezolano, el abogado Mikel Moreno es un ex presidiario, convicto
y confeso de asesinato y ahora desde la oscuridad de Iván Ilich, desde el
agujero negro de la falta de integridad, es el regente de los destinos del
Tribunal Supremo de Justicia en ese país.
La
muerte de Iván Ilich es una obra maestra de la literatura de finales del siglo
antepasado, cuyo autor es León Tolstoi: “La novela fue aclamada en sendas
ocasiones por Vladímir Nabókov y por Mahatma Gandhi como la más grande de toda
la literatura rusa”, ¡no es cualquier cosa esto!
Creo
que vivir así no tiene mucho sentido. León Tolstoi, quien realmente era El
Conde Lev Nikoláievich Tolstói, fue un descollante novelista ruso: “… considerado
uno de los escritores más importantes de la literatura mundial. Sus dos obras
más famosas, Guerra y Paz y Ana Karénina, están consideradas como la cúspide
del realismo ruso, junto a obras de Fiódor Dostoyevski. Sus ideas sobre la «no
violencia activa», expresadas en libros como El reino de Dios está en vosotros,
tuvieron un profundo impacto en grandes personajes como Gandhi y Martin Luther
King”
Ahora
veo a los poderes políticos venezolanos intentar sostenerse, aguantarse de la
brocha cuando el pueblo le ha quitado la misma escalera que a Iván Ilich y me encantaría
preguntarles: ¿no creen Ustedes que toda su vida ha sido un error? Por supuesto
que replicarán aduciendo valores e ideales inexistentes y les repreguntaría: ¿han
sido felices ejerciendo el poder? Y con decencia creo que podría mostrarles
otro ángulo. Allí voy: nacemos de la nada, (es a mi juicio un milagro), somos
prefectos y felices y llegamos a la vida a la que considero un paréntesis encantador
o nefasto (tú eliges), para volver a la nada. Una que cabría perfectamente: ¿en
el paréntesis de tu vida, creciste, ayudaste, contribuiste con el bienestar de
tus empleadores (de tu pueblo)?
El
problema de estos saqueadores es que la vida no está alineada con su objetivo
delincuencial, el universo no entiende de eso, por esa misma razón es universo
y seguí recordando a Lina Ron, al Fiscal Danilo Anderson, William Lara, a
Clodosvaldo Rusian, imagínense que me acordé de Fidel Castro y Hugo Chávez.
Con
humildad creo que si podríamos decir que sus vidas ¡han sido un terrible error!
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