MÍRATE EN
EL ESPEJO
Si
frente a él, ves a un mal encarado, ves a ese gordo calvo y desaliñado, patán y
grosero desmedido, truhan, parrandero y bebedor, pues cambia el espejo, porque
no creo que puedas cambiar la imagen.
Han
muerto jóvenes, han desaparecido y con ellos sus defectos y malas layas y
presumen con desconcierto de ser grandes patriotas, son en realidad una suerte
de historiadores megalómanos y desinformados, son una chusma en plena insurrección
y por ello, al igual que lo que ves en el espejo, esa imagen te perseguirá y si
acaso aun no eres así, no te preocupes, que algo se te pegará.
Mi
oficina quedaba en el Edificio Perla, al final de la Avenida Casanova, un sitio
interesantemente ubicado para mis labores de aquellos tiempos, vestíamos de
traje y corbata y con normalidad rutinaria salíamos al banco a hacer los depósitos
a pie, era impensable un asalto y no hablo del medioevo sino del 2004.
Ciertamente se podían ver contados indigentes que eran tapados e ignorados por
el tropel de personas ejecutivas que buscaban la vida y que querían parecer
decentes e inteligentes, pero el espejo siempre reflejará lo que realmente
somos y ahora los reflejos son oscuros y sin dientes, lleno del descuido y de
la dejadez con quien debemos pelear a
diario.
Todos
los primeros días de Febrero escribo algo similar, la llegada a la bella Miami
con un traje que llevaba puesto hacían cinco largos días, un maletín con los
exámenes de mis pobres alumnos y nada más, excepto por la gracia de Dios, de
poder entrar a la libertad que los gordos borrachos del espejo intentaron sin
mucha eficiencia quitarme.
Como
ahora está de moda, les informo que siempre había entrado a los Estados Unidos con
un pasaporte de servicio o uno diplomático, siempre a trabajar, siempre con
responsabilidades, pero en este caso el funcionario de aduanas, me miró,
observó con detenimiento mi ajado traje, mi barba rala de los últimos días de persecución,
miró nuevamente la pantalla de su monitor y verificó que el descuidado viajero
fuera yo y tan solo me preguntó en inglés: ¿Usted viene por turismo o por
negocios?
Han
pasado diez años y no digo largos años, no, han sido cortos, han sido llenos de
alegría y preñados de tomas de decisiones que me hacen ver la estela con cariño
y debo informarles a mis enemigos que hoy hice una oración por ellos, sí,
porque les agradezco la gentileza de haberme llevado a la encrucijada entre la cárcel
o la libertad en el mejor país del mundo, ¡me han hecho un inmenso favor! y con
humildad se los agradezco, pero les tengo una mala noticia: mis creencias y
valores no han cambiado para nada, lo que sí ha cambiado notablemente es mi
nivel de vida y ahora al verme al espejo, sonrío.
Son
diez años libre, donde escribo y hago lo que las leyes me permiten, opinando de
acuerdo a mis criterios que con evidencia no coinciden ni con el gobierno de Chávez
ni con el de Maduro y los resultados están allí, frente a ese espejo que es la
vida.
Un triunfador!!!
ReplyDeleteYou deserve it for sure, my dear friend, well done.
ReplyDeleteNo hay mal que por bién no venga, Dios te Bendiga hermano, pronto nos veremos
ReplyDeleteOtro gran recurso que perdió Venezuela, un país que no solo desperdicio una fortuna económica inverosimil, sino un capital humano aún más dificil de cuantificar
ReplyDeleteExcelente. Lástima por Venezuela!!!!
ReplyDeletefelicitaciones, pero pormenores me gustaria saber en privado...no en el blog....buen entendedor, pocas palabras..
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ReplyDeleteDefinitivamente,compartimos sentir amigo mio gracias a Hugo y sus 40 narcotraficantes,yo también tome hace casi diez años venirme a este maravilloso imperio mesmo. Gracias a dios. Saludo fraterno. Tomas agil
ReplyDeleteDefinitivamente comparto el sentimiento gracias Hugo y sus cuarenta ladrones decidí mudarme y hacer mío este maravilloso imperio mesmo. Un abrazo de hermano.
ReplyDeleteDefinitivamente comparto el sentimiento gracias Hugo y sus cuarenta ladrones decidí mudarme y hacer mío este maravilloso imperio mesmo. Un abrazo de hermano.
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