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Wednesday, February 24, 2016

PELUCA WARNING


PELUCA WARNING

                Después de salir de esa exitosa reunión en el Down Town de Miami, decidí caminar junto con la sonrisa del triunfo por las calles. No solicité mi vehículo al valet parking, subí el cuello de mi traje para protegerme del intermitente frío de este invierno inentendible de la ciudad del sol y me hice a pie por Flagler, cuando la ola de viento me castigó. Saqué mi teléfono celular para ver el tiempo, esa vieja costumbre de estar pendiente de la meteorología aprendida en los años de mar y la aplicación de mi teléfono indicaba una muy baja temperatura para estas latitudes amables y una velocidad de 17 MPH, proveniente del Este, o sea, del mar y no pude menos que reír al pensar que ni siquiera las múltiples capas de laca en la siempre bien peinada cabellera de Donald Trump, aguantarían tal brisa.

                Mi generación latinoamericana que ha vivido todo el proceso desde la llegada a su fin de la entrada en mala hora del comunismo. Esa generación que casi fue mordida de cerca por la culebra del desamparo y la corrupción, le tiene miedo, pero mucho miedo a cualquier bejuco que guinde de las ramas del árbol de la democracia, porque como planta sarmentosa y trepadora, se hace de las instituciones y la buena fe de los derechos para precisamente trepar hasta el poder y eliminar por inanición al árbol que la alimenta.

                En 1992 pudimos ver a un flacuchento Teniente Coronel fracasado en el golpe de Estado a la Presidencia de Carlos Andrés Pérez, decir que por ahora los objetivos no habían sido alcanzados, que depusieran sus armas y yo me preguntaba desde mi bordo por los muertos de la aventura del estúpido.

                En el “Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, hay todo un Capítulo dedicado a la toma del poder por la fuerza, como lo intentó el prenombrado saqueador.

                Luego, desde un discurso separatista, de los buenos contra los malos, de los negros contra los blancos, de los honestos contra los corruptos, de los pobres contra los ricos, de los probos contra el imperio, fue socavando la voluntad del pueblo inculto y militarista como lo ha sido Venezuela y ya sabemos los resultados que aún no terminan para el momento de esta edición.

                En la mañana de hoy pude ver con detenimiento lo que se llama en Inglés TORNADO WARNING, o sea, alerta de tornados, por allá al noroeste de la península, para Trump pudiese ser alerta de peluca, pero no puedo evitar escribir sobre mis inseguridades en materia de bocones, patanes, gritones arrogantes, abusadores de la palabra y la paciencia, expertos en llevar a la política a la refriega personal, al patíbulo, al charco del absurdo, cuando conocemos la altura de las campañas presidenciales recientes, como el caso de Bill Clinton, Bush (Padre e hijo), Obama, Reagan y otros, de manera que las comparaciones siempre son poco elegantes, pero cuando se trata del destino del país en manos del hombre de la trampa, debemos detenernos a meditar un poco entre la venganza de aquellas cosas que tal vez no nos gustan del todo, contra las ventajas que brinda este sistema.

                Debe quedar claro que no acuso a Trump de comunista, pero desde la novena paila del infierno de la Divina Comedia de Dante Allighieri, Chávez pudiese tararear aquella canción interpretada por Juan Gabriel: ¡te pareces tanto a mí!

 

 

 

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