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Saturday, April 2, 2016

EXPLOSIÓN A BORDO


EXPLOSIÓN A BORDO

            Las unidades de guerra no se aseguran y es lógico por cuanto tal vez las de aquí, las aseguradoras de Estados Unidos, perderían mucho dinero en cada guerra a la que asistimos a mantener a raya a los pillos revolucionarios, terroristas y tontos.

            ¿Cómo asegurar un avión F-16 que vuela en formación a más de mil kilómetros por hora a medio metro de su compañero, invertido hacia el planeta y pasando entre las montañas del canon de Colorado?

            ¿Cómo asegurar a una fragata misilistica con ocho potentes y letales mísiles Otomat, que cada uno es un cohete en sí mismo, con sus propios combustibles y cuyo costo era de $1.500.000 por misil, que posee  también misiles Áspide antiaéreos, un canon de 127/54 milímetros al que llegamos a dar en el blanco en tierra a diecisiete largos kilómetros de distancia y que decir de los cañones de 40/70 de defensa de punto, más las toneladas de diésel oíl, mas otras cincuenta toneladas de combustible de aviación para el helicóptero?

            Podrán pensar que dormir a bordo de ese polvorín es una suerte de suicidio, pero no, no es así, en mi dieciséis años a bordo, disparamos absolutamente todo y con la frecuencia que exige el entrenamiento superlativo de una Armada seria y profesional, porque se me olvidaban los torpedos antisubmarinos que podrían partir en dos al enemigo silente y entonces, ¿Por qué nunca tuvimos accidentes?

            Un accidente es una sucesión imparable de incidentes que desbocan en muertos y heridos y en pérdidas mil millonarias en bienes. La doctrina en materia de seguridad, el muy severo entrenamiento, la unidad de comando, la vigilancia de los procedimientos probados en combate, hacen anular los desastres.

            En el país del fracaso y la improvisación han dejado oculto el terrible accidente mortal a bordo del Patrullero Oceánico de nombre Guaiquerí PO-11, ha explotado un proyectil de su canon estando en puerto, al menos ha muerto un sargento cuya dantesca foto tengo y que por respeto a su memoria no expongo, ya que perdió toda la cavidad cerebral más arriba de sus cejas, hay un Capitán de Corbeta con amputación en su brazo derecho, un Alférez de Navío ha perdido un ojo y también un brazo y otros quemados y heridos y les tengo una peor noticia, al esconderse el desastre, al no enfrentarlo, al no estudiar y modificar los procedimientos de seguridad, al no escudriñar donde estuvo el error humano o el mal procedimiento, estamos a las puertas del averno, estamos exactamente en el lugar correcto para volver a presenciar otro muy pronto.

            Todo se esconde y se asume como un secreto, mientras los muertos y amputados arrastran la frustración de una organización politizada y absurda que no es ni la sombra de aquella donde nos formamos para ir al combate real y tener posibilidades de sobrevivir al enfrentamiento.

            Ya nada se puede hacer, esto que ha pasado a bordo de un buque nuevo con tripulantes mal formados es inaceptable, como todo lo que pasa en la Venezuela revolucionaria. ¡Paz a los restos de este marinero de buenas intenciones!

 

5 comments:

  1. Bernardo ya sobre este tema han escrito varias personas entre ellos excelentes oficiales que han analizado desde distintos puntos de vista lo sucedido sin embargo quiero expresarte que tú escrito en mi opinión tiene el enfoque perfecto para ese análisis corto y muy profundo.

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  2. Como siempre Jr, destaca tu anàlisis objetivo con la equidad de rigor, me permito sumarme a las palabras de Landaeta y felicitarte en tan triste circunstancia que sin que me quepa la menor duda tiene un responsable culpable y uno administrativo....quizas por eso el silencio de los niveles superiores...

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  3. La cadena de mando hasta el tope es responsable y culpable. Sea omisión u acción.La negligencia del comando es peor que la mejor arma del enemigo.

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  4. bajo la lógica profesional era y sigue siendo previsible la ocurrencia de accidentes, que como bien menciona Bernardo, es una secuencia de omisiones y acciones erradas, ya que el adiestramiento y entrenamiento que se medio imparte a los integrantes de toda la fuerza está limitado por las múltiples variables ideológicas que hoy día imperan en el ámbito militar. Los mandos azuzan a sus subalternos para que sigan esta insana caterva de ladrones, lisonjeros que aspiran un puesto de comando no para liderar sino para tener la oportunidad de robar.
    Cuando estaba en 2º año de cadete, nos preyectaron un film llamado la Compañia Bravo, donde cada error que cometían sus integrantes, llevo a la inevitable extinción en combate de la unidad. Hoy, podría afirmar que toda la armada es una inmensa Compañia Bravo.

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  5. que buen analisis en pocas palabras y muy orgulloso de haber trabajado bajo su digno mando y doctrina

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