PLOMO AL PELUCHE
Fui a una feria impresionante, todos ávidos de
participar en las atracciones del día y los organizadores de la feria se
notaban contentos, felices del esfuerzo organizativo y gerencial de una fiesta
al aire libre, con pocos recursos.
Como siempre ocurre en
los grupos sociales, estoy seguro que había una buena parte de esos humanos
descontentos y por ello no fueron a la feria, otros amargados argüían que eso
es un juego para niños y que ya son adultos mayores y hasta operados.
En la tontería pueril,
me divertí. También podíamos conseguir medios de comunicación que al no tener
noticia que publicar, la iban a buscar a la feria y todos estábamos muy
divertidos, pasando de atracción en atracción.
Un peluche es un muñeco
normalmente con forma de oso, relleno de algodón o una estopa vulgar y barata,
pero debo hacer notar que hay peluches de conejos, de ratones feos y grises,
todos gordos por el relleno, pero cómicos y como es previsible nunca he visto
uno que hable u opine y si acaso lo hay, debe decir solo tonterías y frases
hechas por el fabricante que haga reír a los inocentes niños, que pueden hasta
pensar que es real, pero nunca tienen frases propias, ideas profundas y menos
aun, carácter ni tampoco honor, porque son
peluches sin personalidad.
Conseguí en esta
profunda investigación a unos muñecos, también de peluche, que no están
rellenos, sino que se les puede meter la mano hasta la cara y jugar como ventrílocuo
y esos me gustaron mucho mas, porque esos si pueden repetir exactamente las
ideas del que los manipula y hasta pareciera que fuera de ellos, pero todos los
que tengamos al menos mas de diez años de edad, sabemos que no es cierto, es
solo una ilusión y los peluches siguen viviendo, pero solo cuando se les mete
la mano.
Nunca pensamos que la
feria se llenaría de tanta pero tanta gente, de hecho creíamos que de acuerdo a
las estadísticas internacionales para ese tipo de feria, solo vendrían el diez
por ciento de las familias y sus hijos, pero no fue así, porque tuvimos casi el
doble de las personas esperadas y todo fue aun mejor, la fiesta se llenó de expectativa
y lo bueno es que los organizadores prepararon todo para que cualquier persona
que quisiera ganar, así lo hiciera y saliera de la feria con el mismo gran
premio.
Los únicos que no
estaban muy contentos eran los peluches, porque no debe ser fácil estar sentado
en una tarima para que vengan las personas a dispararles con esos fusiles de
aire y al ser tumbados tendrían un nuevo dueño, claro que no, lo mejor para los
peluches es que no hubiesen ferias y ser vendidos con toda comodidad en la
tienda con aire acondicionado que paga el gobierno.
Ayer en la feria todos
participamos y ganamos tantos peluches que se lo dimos también a quienes no
pudieron ir, porque estaban trabajando horas extras para el gobierno. Afinamos
la puntería y todos dimos en el blanco a la orden de los organizadores cuando
decían “plomo al peluche”, al derribarlos con notable destreza, nos pintaban el
dedo de morado y salíamos orgullosos mostrándolo.
Dando por descontado, Don Bernardo, que los venezolanos ya no pueden ser intimidados más por las tácticas castrocomunistas, pues incluso no les importa que se sepa que votaron, le informo, por si acaso no lo había sido, que el fraude en el censo es palmario, por ejemplo en las Islas Canarias, en España, solo pudieron ejercer su derecho al voto un treinta por ciento de los venezolanos residentes, es por ello que estoy seguro de que los reportes que afirman que los muertos votan en toda Venezuela son ciertos, incluso que los chavistas los matan solo por el gusto de arrebatarle un voto a los opositores de la incipiente dictadura... Esperemos que no se tengan que discutir los resultado electorales a fuego y plomo, un abrazo.
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