LOS QUE VAMOS A MORIR TE SALUDAMOS
Parecía una ceremonia
etrusca, que comenzó en el siglo III antes de la venida de Cristo y era una
fiesta funeraria en la que se hacía pelear a los sirvientes del difunto, hasta
la muerte, a manera de diversión para los asistentes y para los deudos.
Ya veremos ahora, en
este siglo XXI, una similar pelea de sirvientes, que se saben perdidos a la
muerte del amo, que salió de viaje a una isla que el cree haber comprado, pero
seguro lo timarán y se la expropiarán a su muerte, como ha hecho el con otros
muertos.
Los gladiadores cuyo
nombre viene de Gladius, que era una espada corta que usaban algunos de ellos,
eran sirvientes, que por ser tan divertido el espectáculo dejó de ser
funerario, para transformarse en un lucrativo negocio del show bussines de la
época y se convirtieron en esclavos, que se vendían de acuerdo a su
inteligencia y habilidades físicas para el combate cuerpo a cuerpo y creo que
desde esos años la naturaleza humana no ha cambiado mucho.
Frente al Cesar, se
paraban los dos contendores y levantaban su mano derecha jurando pelear hasta
la muerte, seguramente frente a una moribunda constitución y decían siempre la
siguiente frase: “ Cesar, morituris salutarus “, que traduce: Cesar, los que
vamos a morir te saludamos.
La muerte es uno de los
cuatro intereses en la psiquis de todo humano y es indefectible, inexcusable,
insalvable, todos caeremos en sus brazos ahora o mas tarde y por ello se impone
el vivir con máxima calidad y hacer que las personas que puedan depender de
nosotros, también lo hagan, pero el problema está cuando no se saben los
sencillos secretos de la felicidad, porque se viene de la violencia y el
hambre, se viene de la impresentable mala educación de cualquiera de nuestras
Sabanetas y el humano siempre tiende a repetir lo aprendido por imitación.
El maltratador siempre
fue un maltratado, pero cuando el personaje llega a tener poder, los
maltratados se multiplican por millones (hasta casi treinta millones), le sigan
o no, porque el crea una estructura con muros gigantescos para que nadie pueda
salir, inclusive el mismo y allí se aísla y envejece, engorda y grita, hace por
fastidio que sus esclavos se maten por el y se divierte y todos los que van a
morir le saludan, porque creen que desde que se levantó el muro no existe nada
mas.
El salió para la Cuba
de su Cesar, tal vez para despedirse y encontrarse con que no pudo cumplir la
misión, la destrucción no la completó, se adelantó la enfermedad y ya no aplauden
tan fuerte en la arena del foro, cuando levanta la mano derecha, para insultar
a los inteligentes, cuando levanta su mano para decirnos que sin el nada puede
existir.
Sus sirvientes están
muy asustados, porque no saben hacer otra cosa que servirle y seguro apartarán
sus lealtades, para buscar otro amo que les mantenga, sin entender que esa
época de los gladiadores forma parte ya, del pasado y nunca más se repetirá.
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