¿MAL PARADOS O MAL PARIDOS?

 

¿MAL PARADOS O MAL PARIDOS?

            Y todo debe ser suavecito, ‘soft’, por usar un anglicismo, debemos dirigirnos al estúpido de buena manera, perdón ¿Qué digo estúpido?, eso es ofensivo y puede ser usado en mi contra por radical, arbitrario, dictador y poco humano.

            Estábamos en el restaurant el sábado próximo pasado. Un restaurant bellísimo en alguna parte del sur de la Florida, un campo con caballos para niños, una inmensa churuata, las camareras a cuál más amables, un mercado de legumbres y flores frescas a cual mas bellas, cerveza helada y vinos y llegaron los mal parados con el mal parido, un par de adultos que con evidencia eran padres del diablo. Se sentaron en una mesa contigua a la nuestra y el niño que no tendría mas de seis años comenzó su función de arruinar la tarde a todos en el inmenso establecimiento. Gritaba como si lo apalearan, se revolvía como poseso por el diablo, se tiraba en el piso mientras la madre le decía despacito: ‘Mi amor, levántate, no seas mal educado, por favor, mi amor’ le rogaba la cubana que a la sazón estaba embarazada. El padre, un hombre joven de pasados los treintas, estaba evidentemente apenado, todo el restaurant los veía con incomodidad y este, el padre le dijo a la esposa: ‘me voy con este, para que no moleste a todas las personas’ y acto seguido la dama, se puso como una anaconda furiosa: ‘a mi no me vas a dejar sola en esta mesa’ momento en el que decidí intervenir a favor de mi paz, que no es negociable.

            Puedo recordar a aquel actor, de actitud carcelaria, de actitud de por estas calles, que contrató nuestros servicios de ghoswriter, porque el no sabe escribir y supuestamente aprobó la obra que otro le hizo y un buen día, en proceso ya de edición, se negó a pagar los servicios arguyendo que lo escrito allí le dejaba mal parado con sus seguidores, materia que agradezco porque inmediatamente se me ocurrió que no le dejaba mal parado sino que el era un mal parido y me parece brillante, cómico e inteligente este título, porque de verdad lo pienso y la pregunta me ronda, me da vueltas como un zamuro: ¿Por qué a los pillos, a los tontos, a los ladrones, a los que faltan a la ley, a los asesinos, a los drogadictos, a los terroristas, a los flojos, debemos tratarlos con consideración?, con una consideración que ellos no tienen con nosotros, por ejemplo y perdón, me faltaron los comunistas, palabra que encierra a todos los anteriores.

            Yo sugiero al mundo libre, que deje a un lado las tonterías y comencemos a llamar las cosas por el nombre que tienen, sin edulcoradas posiciones que confunden de cual lado están, por ello a esas personas que cuidan de no quedar mal parados, simplemente defínanlos como mal paridos, porque esto es lo que hay, no hay posiciones acomodaticias ante los tontos, pillos de la decencia del pensamiento.

Bernardo Jurado es escritor y CEO de Jurado Grupo Editorial.