LA HORA DE LA
VICTORIA
Resulta
que tengo años haciéndolo, pero sin una verdadera consciencia, lo que implica
que es hacerlo, pero solo a la mitad.
Desde
hace treinta años o más, si me ponían a escoger, pues escogía la hora antes del
amanecer. Subía al sobre puente, solo, en silencio, en paz. Se escuchaba a mis
marineros arreglando todo, poniendo todo en orden antes de hacernos a la mar y
yo solo meditaba con los ojos abiertos, tratando de escudriñar el indescifrable
comportamiento de la mar, de la meteorología. En mi mente hacia la maniobra y
la disfrutaba, algo como lo que ahora hago, en ella hago mi día, lo visualizo y
disfruto.
Cuatro
patas tiene este banco, si señor y a todas les presto la misma atención.
La
mente, el espíritu, las emociones y el cuerpo.
Apenas
son las cinco de la mañana y les entrego el secreto, el secreto del éxito, que
es muy sencillo, pero a la vez es complejo de ejercer, porque este, el éxito, no
viene por casualidad, es producto de tus hábitos y tus rituales y jamás les he
contado esto, al menos no directamente, sino por partes y el resto usted lo
imagina, porque ese forma parte del trabajo del escritor, ayudar a imaginar, por
otro lado esto posee cientificidad y allí voy, porque debemos documentarnos en
materia de éxito y existe un interesante concepto llamado ‘Grit’ que es uno popularizado
por la psicóloga social Angela Duckworth quien observó en la investigación, que
lo que hace grandes a los que alcanzan los mayores éxitos, no es por su talento
innato, sino por su nivel de compromiso, disciplina, capacidad de adaptación y
perseverancia y ‘Grit’ es el término anglosajón para describir esos rasgos.
No
es difícil para mi levantarme a esta hora, me temo que es difícil para aquellos
que con frecuencia me lo preguntan, porque soy mas persistente que una gota de agua
que rompe la piedra y ¿saben por qué?, porque todas las sombras de la
inseguridad se diluyen en el cálido resplandor de la persistencia.
Hay
una palabra que me enseñó uno de mis mas importantes mentores, la cual es
templanza, si, de ella se ramifican muchas cosas y todas positivas, porque es
la templanza la que te ayuda en el primer periodo para instaurar en ti un hábito,
es la templanza la que te da la fuerza para continuar en el segundo escalón que
normalmente es muy desordenado pero es la templanza la que te da la sensación de
triunfo cuando llegas al tercer periodo después del día cuarenta y cuatro y
pasas rumbo al sesenta y seis, hasta instalarlo perfectamente en tu psiquis,
porque no les he contado que la instalación de un habito posee 66 días en tres fases,
pero esta no es la materia que hoy me ocupa.
La
hora de la victoria es esta, a las cinco de la mañana, donde el planeta duerme
y tu piensas, programas, planificas, oras, te ejercitas y meditas.
Bernardo Jurado
es escritor y editor. www.juradopublishing.com
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