EL GALLO DEL OJO
DE LONDRES
Aunque
vivo en Miami lo veo a diario, en la madrugada, cuando aún sus luces están encendidas,
todo está quedo, en silencio, el planeta duerme y ella, la inmensa noria se
yergue como un gigante frente a la mar.
A
esa hora impensable estoy sudando, corriendo, escapándome de uno de los males
del mundo de hoy, el cual es la depresión y la tristeza, porque el encierro,
para aquellos que no están preparados y nada hacen por sobrellevarlos les trae
eso. Con frecuencia la ansiedad también hace su entrada y ya hemos escrito de
ambas, de la depresión y la ansiedad, pero a lo que vamos que las cosas van
bien.
Ya
estoy dando la vuelta a la isla y me consigo al ‘ojo de Londres’ imponente en
Bayside dando su cara a la bahía, adyacente al Puerto de Miami. Dejándola por
mi derecha, porque siempre tomo el mismo sentido para poder disfrutarla cual grande
es, pues la miro encantado y aunque ustedes no lo crean, siempre a esa misma
hora, canta un gallo, que no se donde está, pero su canto, viene de la dirección
del ‘Ojo de Londres’ de Bayside.
Para
aquellos que no lo conocen, ese sector de Miami, cercano al Downtown esta lleno
de rascacielos inmensos, modernos, de una arquitectura metropolitana,
atractiva, que ha hecho de la ciudad un verdadero orgullo de crecimiento, pero
el gallo, que es el importante. Cuando el gallo canta, siempre me rio, porque
es impensable que eso pase, alguien deberá ser su orgulloso dueño, alguien
imagino que lo esconde, para evitar problemas con los lujosos condominios, pero
otros como es mi caso le damos la bienvenida, porque me recuerda que de allí venimos,
que de allí somos, que no pertenecemos a esta selva de cemento bien mantenida,
que reclaman los caimanes y la fauna.
El
ojo de Londres original, se construyó en Londres, con la venida del nuevo
milenio y como es de esperar, ya ha reportado suficiente dinero desde su construcción
en 1999 e inauguración en el 2000, por cuanto ha recibido en promedio unos tres
millones de visitantes por año, ahora, el de aquí de Miami, que queda al lado
de mi isla, no tengo ni la menor idea, pero ya me montaré, ya disfrutaré de la
vista ampulosa y exuberante.
La
paradoja mis queridos lectores, es que cerca, muy cerca de ustedes tienen
grandes cosas que pasan desapercibidas y solo una pupila zahorí, solo la atención
lejos de las distracciones electrónicas, harán que puedan ver. Les aseguro que
si fuera a Londres el guía turístico me llevará al ojo, no obstante, viviendo
en Miami, con una réplica al lado de casa, nunca he ido.
Las
cosas son como son y no como queremos, eso debemos entenderlo, pero también debemos
entender que la vida, como es, como viene, es bella si volvemos a la visión selectiva
de lo noble, de lo bueno, mientras escuchamos al furtivo gallo en los
amaneceres.
Bernardo Jurado
es escritor y sus nueve libros están a la venta en Amazon y las más
prestigiosas librerías de Miami y el mundo.
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