EL REGRESO DEL
RIDÍCULO
Ciertamente,
este es el camino equivocado y se nos presenta la paradoja si seguimos o
regresamos.
Siempre
será mas conveniente regresar, por la misma senda equivocada, esa que nos
llevará al sitio incorrecto si siguiéramos, regresar y luego, en la bifurcación,
tomar el otro, me temo que es eso lo mas inteligente a menos que Usted sea chavista.
Llegó
a decir el General Perón, quien no es santo de mi devoción, que siempre podemos
devolvernos de cualquier camino, menos del ridículo, el que lo ha hecho así se
queda y por ello muchas personas desechan la feliz oportunidad de hablar en público,
por ejemplo.
Pero
a lo que vamos, que hay mucho comunista suelto intentando ir a toda velocidad a
bordo de un camión sin frenos, por el camino del ridículo. He visto a un grupo
de malencarados, en actitud corporal marcial, con cara de haber sido
delincuentes de vieja data, también con fenotipia carcelaria, con epidérmico resentimiento
y con evidente desempleo que se hacen llamar ‘movimiento tupamaro’ y que con
cierta agresividad el representante nos hace saber que son revolucionarios, que
lucharán contra el imperio americano y demás tonterías de la cartilla de los
tontos y ya no podrá devolverse y eso me da mucha risa, porque para el que le
gusta lo malo, el comunismo es excelente y a estos les gusta y no les han
bastado veinte años de hambre.
No
hay comunista que salga liso, que esté completo, sin tacha, no y mas no, todos
sin excepción son lisiados y no puedo menos que recordar a Nicolás Maquiavelo,
el autor del Príncipe, ¿lo recuerdan?
‘ El odio produce temor, del temor
se pasa a la ofensa’ y es que son ofensivos y además amenazantes, como si nosotros, a quienes nos gusta la prosperidad
y el dinero fuéramos sus deudores y le debiéramos algo y cito ahora a Lord
Byron en esta materia: ‘No hay pasión más ilusa y fanática que el odio’ y a
Federico Nietzsche que también recordarán
y que me temo fue un odiador profesional cuando escribió: ‘No se odia mientras
se menosprecia. No se odia mas que al igual o al superior’ y aquí debemos
desgranarlo, separarlo, mientras estos hippies viejos de Tupamaro colisionan
contra el ridículo. Nietzsche tiene razón porque en lo personal no les odio,
porque les aborrezco y ellos odian a todos, inclusive entre ellos y a sus
superiores que son el resto del planeta.
Como
podemos inferir, estos guerrilleros que evocan su propia guerra de galaxias,
pues no deben tener empleo, aunque supuestamente defiendan a la clase
trabajadora, de manera que también podríamos citar al escritor Jerome K. cuando
dijo sobre el trabajo: ‘Me gusta el trabajo, me fascina. Podría permanecer
sentado horas mirando como trabajan’ y así son ellos, comunistas hasta que
ganan el primer millón y ateos como lo fue el citado Federico Nietzsche, hasta
que comienza a caer el avión de la vida y llaman al cura mas cercano,
solicitando la extrema unción.
Nadie
se devuelve del ridículo.
Bernardo Jurado
es el autor de ‘La fragancia de la rebelión’ y ocho libros más, todos a la
venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo.
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