UN BESO EN PARÍS
El
dinero es tan bueno, que ahora mismo podría invitarte a cenar en Boston e
inmediatamente dijo ella “o podrías darme un beso en París” y estoy de acuerdo.
Podemos recordar aquel chiste que desvía un poco mi atención altruista del
mensaje que deseo darles, pero es cierto y a la vez triste, era el caso de ese
hombre pasado de años que tenía siempre mucho éxito con damas bellas y jóvenes,
era la envidia de sus tontos amigos y uno de ellos le pregunto: ¿Cómo haces
para siempre tener rededor tuyo a tantas mujeres que se ven enamoradas,
cautivas por ti? A lo que el viejo verde le contestó: depende de donde las bese.
¿Se han dado cuenta
que en Latinoamérica toda, hay pobreza?, además ¿se han fijado que centro y Suramérica
son mucho más grandes que Estados Unidos?, con seguridad poseen mayor número de
personas y podríamos agregar otras muchas variables que parecieran ventajosas
para Latinoamérica, pero todo tiene que ver con situaciones que a mi juicio son
ancestrales, pero susceptibles de ser modificadas.
Ayer,
grabando un video que espero vean mis nietos cuando muera, el entrevistador me
preguntó sobre la vida y comencé a filosofar, a desarrollar lo que para mí es
lo correcto, como mensaje fiel y amoroso para ellos y me preguntó a quema ropa
sobre mi relación con el dinero, que pensaba al respecto y contesté sin
empaches, sin dudas, porque he cambiado mi manera latinoamericana de pensar y
paso a explicárselo mejor: allá en el Sur usamos diminutivos como para aplacar
la envidia de nuestros escuchas, un carrito, una casita, un laguito, una piscinita,
un relojito, una noviecita y eso prela en nuestra relación subconsciente, prela
en el éxito simplemente por mentir con respecto a él y sigo: no es un carrito
un BMW serie 7, no y mas no, ese es un carrote y lo demás por favor imagínenle
ustedes.
Aunque
me debata en mi religión católica, insisto que no existe nobleza en la pobreza,
esa es una relación equivocada, tergiversada, castrante.
Los pobres no son mas nobles si
se encuentran en un ambiente de oportunidades y en Latinoamérica las han tenido
todas, al menos en la Venezuela donde me eduqué antes de la llegada de la
chusma que la empobreció o ¿ustedes no creen que Chávez y Maduro son pobres de
mente? Y personas pudientes no menos pobres, los votaron para que dirigieran
los destinos de todos y ¿así piensan tener éxito?, ¿entregando los ingentes
negocios, fortunas y productos a los flojos a los retrasados y peor aun a los
resentidos?, porque no es de dudar que los comunistas califican en las tres categorías
anteriores y ¿a quienes se buscaron ellos?, pues a sus pares de Cuba, a los
lambareros empobrecidos de sus faltas de acción, de cultura económica y de
apertura al mundo que les da miedo, porque de miedo estoy hablando.
Si,
depende de donde la bese el señor, si es un beso en Londres, en Miami, en París.
La
pobreza no es la falta de dinero, sino de esperanza por un futuro mejor
pensado.
Bernardo Jurado
es escritor, sus obras están a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías
de Miami y el mundo.
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