LA FILA NUEVE
Señorita,
que le estoy diciendo que quiero un puesto más atrás.
Pues,
señor, no tiene opción, ¿no se da cuenta que de la fila nueve hacia atrás están
todos ocupados?, deberá tomar el puesto que le corresponde, aquí.
Disculpe,
pero Usted no me ha entendido, yo pagué por un puesto atrás y me consigo con
esta sorpresa.
Si,
señor, tiene razón, pero yo no adjudico los puestos en este avión y perdone mi
rudeza, pero o toma el puesto en la fila nueve que le ofrezco o deberá bajar
del avión.
En
la vida con frecuencia recibimos ataques del infortunio, ataques de los
pendejos y ataques de los malos, la suerte, para aquellos que crean en ella, el
éxito que es tan relativo y cambiante como nuestros planes, de manera que en mi
propia vida, mi ego me ha dicho que debo frustrarme porque las cosas no han
salido como el quería y ya no le hago caso, le permito que sea él el frustrado.
Hablaba
con mi amigo Oscar y recordábamos lo afortunado que fui cuando me fue a buscar
al aeropuerto junto a la colisión de salir intempestivamente de mi país,
acusado de espionaje, amenazado y dolido, si, fui afortunado y lo comentábamos,
me le pude escapar a los tontos y probablemente por ello me les escape, por tontos
y comenzó el comienzo, valga la redundancia, con niveles impensables de
incertidumbre, con la mente acusándome, restringiéndome, torturándome, hasta
que nos sobrepusimos y el recurrente pensamiento: “es que yo tenia todo en mi país,
no debía ni un centavo, mi casa, mis carros, mis propiedades que me habían costado
tanto, aquel terreno en Margarita donde pensaba hacer una casa para retirarme”
Podemos
recordar el vuelo de Uruguaya de aviación numero 571. Yo lindaba los diez años
de edad y me impactó la historia hasta hoy, si, me refiero a la tragedia de los andes, donde se vieron en la
necesidad de canibalizar a los muertos de la colisión.
El
avión se partió de la fila nueve hacia atrás y todos perecieron y esta historia
real y le paso a Carlos Páez.
La
actitud, el instinto de supervivencia de todos cambio, cuando por una pequeña radio
que tenían, escucharon que la búsqueda luego de diez días, había sido cancelada
y ya no esperaron, como debemos hacer todos en la vida, fueron a buscar la
ayuda, porque todos sin excepción necesitamos la ayuda de la sociedad, de la
comunidad, necesitamos la ayuda del apalancamiento para poder prosperar y lograr
los objetivos que en el caso de ellos, fue salir hacia la cordillera hasta
conseguir a un campesino. La historia podrán verla ustedes mismos, no es el caso
de este escrito describirla, lo que sí, es el mensaje de crecimiento, de proactividad
que en las peores condiciones ayudó a unos humanos a sobreponerse a la mas
grande adversidad, desde allí, para acá podríamos asegurar que cualquier cosa
es fácil, porque realmente lo es.
No
pelees por el puesto en el avión de tu vida.
Bernardo Jurado
es el autor de “Volando en el ataúd” y ocho libros más, todos a la venta en
Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo.
No comments:
Post a Comment