SOLIDARIDADES
AUTOMÁTICAS
Alo,
me dijo al otro lado del auricular y el llanto no se dejo esperar. Es evidente
que tienes un problema, ¿Qué te pasa mi amigo?
¿Puedes
venir a mi casa? Por supuesto le conteste de inmediato.
Seguía
llorando y no esperó para decirme que su esposa le había montado los tarros con
otro y yo tan solo le espeté que me parecía legítimo, después de él haberlo
hecho por años con un pequeño ejército de locas y luego de haber sido perdonado
por mas veces de las que recuerdo y allí, en ese momento se convirtió en mi
enemigo, en mi jurado enemigo o tal vez el lleve a su propio enemigo por
dentro.
Al
retirarme de la Armada y luego de leer y releer a Robert Ringer, decidí no
pertenecer a ninguna organización, porque ellas, las organizaciones asumen
solidaridades y lealtades automáticas y yo no estoy de acuerdo, es fácil y también
legítimo y paso a explicarlo mejor, porque esa es una práctica aberrante y que
linda a lo ilegal.
Como
somos adecos, pues yo acepto todo lo que el comité diga, así vaya esto en contra
de los intereses de la democracia y el país, eso es ser solidario automático.
Como
somos masones o peor aún, como mi padre fue masón los masones asumen que yo
estoy en la obligación de hacer cosas y allí me sublevo porque he decidido no
pertenecer a ninguna organización y me temo que lo mas sano es que la organización
me pertenezca a mí.
Nosotros
los chavistas debemos pasar hambre si es necesario para preservar la revolucion,
¿lo recordarán, verdad?, deberemos hacer lo que sea, inclusive violar la ley,
robar si fuere necesario para mantener la revolución, armar expedientes, meter
presos a los opositores y torturar hasta desenmascarar a los apátridas, dirán los
infames violadores y todos los demás deberán tener lealtad automática o lo despedimos
del puestico en PDVSA, del ministerio o le quitamos la concesión.
No
pertenezco a ninguna organización, tampoco estoy interesado en pertenecer a ningún
grupo social al que deba lealtades, mi religión católica me hace libre y como
todo, requiere de pequeñas formas, liturgias y deberes, pero no lealtades automáticas.
Recuerdo
cuando Luis Eduardo, me invitó a escribir en su periódico para abordar una
columna de orden político internacional y que me diría el tópico que haríamos y
allí mismo me negué, independientemente de que eso iría en contra de mis
intereses económicos, porque lo siguiente, sin mala intención, por supuesto, sería
una automática solidaridad con el periódico al que ahora pertenecía.
Esto
es complejo pero una excelente práctica. Por favor, les ruego que no intenten
de mi una lealtad automática, mis lealtades son duraderas, solidas y escogidas
por mí, no por ninguna organización.
A
los chavistas, endémicos enfermos mentales, escasos y comprobadamente brutos
que aun quedan en la fauna, les conmino a retirarse del grupo que les hambrea,
que les castra a ustedes, sus hijos y nietos, la esperanza de un presente mejor,
no deben ser leales a los pillos a menos que sean ustedes uno de ellos.
Bernardo Jurado
es el Director de “Jurado, grupo editorial”
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