COMBINACION PROFANA

COMBINACION PROFANA

            Ese programa titulado “Biografías”, me cautiva. Creía haberlas visto todas, pero como siempre, nunca jamás se ve todo de algo y apareció una que no hubiese buscado, porque la verdad es que no me interesaba la vida de un dictador ugandés, payaso, ex boxeador, asesino, ex soldado británico, investido por el mismo como mariscal de los ejércitos interplanetarios, me refiero a Idi Amín Dada; y resulta que es realmente interesante todo lo que aconteció bajo el miedo de Idi Amín, con referencias inequívocas con Hugo Chávez y ahora tomemos velocidades supersónicas, no sin antes pedirles mis profundas disculpas por no haber conocido como ahora, la historia del escalofriante paralelismo, pero insisto ¡nunca se ve o se sabe todo de algo! Y en política e historia, me temo que esto es axiomático.

            Cuando fue salvado por haber asesinado a unos cuatreros, pues el monarca de turno se hizo de la vista larga, como le pasó a Chávez después del intento de golpe de Estado que costó al menos unas cuatrocientas vidas. De sargento mayor del ejército, pasó a general y ministro de la defensa (todo en minúsculas), los crímenes tribales y asesinatos en masa que complacían al gobierno le dieron mayor relevancia en el pueblo y era reilón, bonachón, simpaticón, gente de pueblo, pudiésemos decir ante sus chistes, ante su desparpajo en violación de los protocolos, hasta fue a Inglaterra cuando ya había dado el golpe y se erigió como presidente y avisó al gobierno de su Majestad, tan solo cinco minutos antes y visitó a la reina intempestivamente rompiendo toda educación y forma; e intento darle un besito, como hizo el insepulto y seguía los chistes y chanzas que lo hacían parecer un bruto, como Chávez y además: ¿sabían que nunca aprendió a escribir y leer? Y allí no voy a agregar como Chávez, aunque me quedo con la duda.

            Se alió con los terroristas islámicos en Entebbe: ¿lo recuerdan? Y allí, ya sé que están pensando: como Chávez con las FARC y Hezbolla. Armó al pueblo e hizo escuadrones de la muerte que costaron al menos 500.000 vidas, entre secuestrados, desaparecidos y ejecutados frente al Nilo, donde con frecuencia los alumnos de la escuela católica escuchaban los disparos que hacían en la cabeza a cualquiera sin formula alguna de juicio y les tiraban desde el puente lindante a las canchas deportivas donde los niños se acostumbraron a ver cadáveres de vecinos y amigos.

            Un buen día dijo: “es que yo no quería ser Presidente, fue el pueblo quien me reclama y por eso lo seré por siempre” y no pude aguantar la risa al recordarme del humilde, simpático y tonto al que considerábamos tan bruto que jamás llegaría y así puedo seguir llenando este espacio de la proterva historia de comicidades y muerte, de hambruna y tortura, cuando Uganda aún no se recupera de la tragedia de poner a un gendarme resentido como ductor de su futuro, pero como alimento fiel de su odio y de la práctica de avalar la envidia. Es esta una combinación profana.

Bernardo Jurado es el autor de "La fragancia de la rebelión" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerías de Miami y del mundo.