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Sunday, February 21, 2021

UNA APUESTA PRIMITIVA

 

UNA APUESTA PRIMITIVA

            Y esa noche, pasaron a mi jardín, el del frente de mi casa, el que tiene las flores multicolores que mi esposa cuida con denuedo y al ser este, un barrio tranquilo, tampoco puedo decir que ando de guardia, pero pasaron y nosotros en casa dormíamos, plácidos, como siempre, porque pagamos nuestros impuestos al gobierno, quien nos cuida. Era un grupo de unas doce personas y armaron en la grama esas pequeñas carpas que venden en el mercado común para guarecer a los niños, porque se me pasó decirles que venían con ellos cinco niños de diferentes edades.



            Como es de esperar, la fisiología con frecuencia, manda y más de uno evacuó las entrañas en mi jardín. De las pocas provisiones que trajeron, al ser este un jardín, no tenía donde botar los envases y fueron tirados por doquier.

            Amaneciendo, como siempre me levanté a hacer el café con la espumita que a ella le gusta y vi por la ventana de la sala ese extraño paisaje, algo había cambiado en mi jardín. Me asomé y con terror quedé paralizado, alguien se había apropiado de ese bello pedacito de terreno y corrí a llamar a la policía.

            La policía llegó en un par de minutos, fueron levantados todos y yo como propietario les permití entrar y revisaron las carpas y sacaron todo y lo esparcieron. Vinieron más policías y el interrogatorio comenzó entre gritos de protesta por parte de los invasores, quienes reclamaban a todo pulmón, que en la época de Pinochet en Venezuela le dieron asilo a sus abuelos, otro señor que era rubio, argüía que a sus antepasados italianos de postguerra también le dieron asilo en Venezuela y que ahora ellos reclaman el ‘favor’, que Nicolás Maduro es un hijo de puta, cosa que sabemos todos a nivel mundial, que en ese país no se puede vivir y que se vinieron a pie y todos estábamos conmovidos, créanme que sí, las caras de incertidumbre de los niños no era normal y mi corazón y el de mi esposa se arrugaba al ver que teníamos de todo, además lo que ellos dicen es verdad: Venezuela era el país de los infortunados del mundo, que luego se hacían millonarios, pero lo lamento, esto ha cambiado.

            Como podrán imaginar este cuento es una representación micro de lo que ocurre en macro en países como Chile, Ecuador, Colombia y el éxodo venezolano es por cualquier vía, es desesperado, es asfixiante para esas pobres gentes que ahora aprenden que nada gratis es bueno, que no existen mesías como Chávez y que el gobierno no es quien les da, porque ese gobierno es el empleado de todo aquel que paga sus impuestos. No mis compatriotas, no los pueden aceptar y yo lo lamento, porque eso que hacen de salir a pie hacia otro país, esperando pasar y tener éxito, es una apuesta primitiva que no les dará buenos resultados.

            Estamos enfrentando la primitiva conducta descrita en la obra de Morris West.

            Donde entra el comunismo, todo se trastoca, se entristece y se oxida.

Bernardo Jurado es escritor y su mas reciente obra ‘La fragancia de la rebelión’ está a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo

 

1 comment:

  1. Un viejo y experimentado amigo un día me dijo:
    No dejes que otro haga lo que tu no puedes hacer por ti....
    Un fuerte abrazo!

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