SUPERSTICIONES
BÁSICAS.
Deja ese cuchillo allí, no me lo des
a la mano directamente porque pelearemos.
Ten cuidado cuando estés barriendo
de no pasarme la escoba sobre los pies.
Esto lo dice el escritor Antonio
Gala, escritor español a quien cito con cierta frecuencia, un tipo cómico,
amable e inteligente, dramaturgo, ganador de más de quinientos premios
literarios y supersticioso, muy supersticioso, tanto, que sin tener problemas
motores, usa un bastón de madera para siempre estarla tocando.
En alguna oportunidad en que llegó a
una cena, ya estaban sentados doce comensales y se negó profundamente a
sentarse por ser el invitado número trece y dice que en un jueves santo, pasó
lo mismo y para el viernes ya habían muerto dos de los invitados.
De alguna forma todos tenemos
supersticiones básicas y con frecuencia se confunden con la devoción a veces
tan católica como el “Padre nuestro”, pero lo que han hecho algunos
supersticiosos políticos venezolanos como Eduardo Fernández, Claudio Fermín,
Timoteo Zambrano y otros que dá mala suerte nombrar, es por decir lo menos una
invocación satánica, un pacto fáustico, un acto de superstición extrema y
audaz.
Podría asegurar y estoy listo para
ser atacado, que la superstición es un síntoma y un signo de cierta ignorancia
y en el caso de los individuos citados, embestidos por años de un halo de
cultura y sapiencia, algunos leguleyos, otros buenos oradores y los más unos
poyetes sostenedores de sus propios intereses después de tantos años de abusos
de poder de Chávez, Maduro y los cuarenta ladrones, me temo que ya no puede
serlo (ignorancia), sino superstición extrema, nada básica o peor aún, un
desarreglo esquizofrénico.
Es de madrugada, ya no tengo mucho
tiempo ni paciencia para escribir sobre estos pendejos (vellos púbicos), sobre
estos majaras, llenos de fruslerías insulsas que venden en mala hora como
intentonas sátiras de lograr el cambio con los ladrones, por las buenas, con
propuestas y yo me rio de las supersticiones básicas, no de ellos sino las de
Antonio Gala, porque las de ellos, son parvas de las laderas y además son
rollos macabeos inentendibles, irrepresentables, inexistentes de toda lógica,
después de veinte largos años de intentarlo todo.
No es conveniente pasar bajo la
escalera porque cambiará tu suerte o mirar el roto espejo de la decencia con el
paraguas de la inteligencia, la cordura y la sensatez dentro de la casa, si,
son supersticiones básicas.
Bernardo Jurado es el autor de "Como caigan los dados" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerias de Miami y el mundo
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