LA ASTUCIA
DE LA RAZÓN
-Si
Doctor, tengo un fuerte dolor abdominal.
-Entonces
una vez vistas las placas y leídos los exámenes, debemos operarlo, pero lo más
probable es que la incisión sea por el lado derecho, aunque existe la
posibilidad de que sea por el izquierdo, dependiendo de cómo amanezca, podría ser
a la altura de su cuello, pero ¡buenas noticias!, en alguna oportunidad las he
hecho con éxito a nivel lumbar, por la espalda quiero decir.
Como
es de esperar y ante la inmensa incertidumbre que podría tener el paciente, lo más
probable es que salga despavorido de ese consultorio y haga la denuncia
policial sobre el galeno dubitativo, alarmante, desconocedor de su profesión,
ese galeno graduado seguramente por correspondencia que desea experimentar con
nuestra salud, pues bien, es susceptible de ser denunciado ante las autoridades
que deberán chequear, sus licencias, su experiencia, su pericia e interrogarán
a otras de sus víctimas para colectar las evidencias en contra de su poco
profesionalismo, bueno, ¡yo me siento más o menos así!
Tenemos
una semana crispada, la duda crece, la tensión en toda la población también,
los exámenes y las placas han sido estudiados por los profesionales y los
modelos son sumamente sencillos de leer, mientras ordenan comprar todo para el
cataclismo que se aproxima, junto al fin de los tiempos bíblicos con la aproximación
del huracán Dorian. Mi madre me ha llamado alarmada con lo que ha visto en la televisión,
porque seguramente toda la península de la Florida desaparecerá como bien lo
dice el pentateuco.
El
miércoles nos indican que llegará con categoría tres, luego el jueves subirá a
cuatro y al entrar en tierra a la altura de Hialeah bajará a categoría uno,
pero ayer por obra y gracia tiene un patrón hacia el norte.
El
martes pasado nos destruiría con un rumbo verdadero de 270 grados, pero podría ser
un poquito más arriba o un poquito más abajo y todo pasa mientras hablan del
King Tide, que es la marea reina, fenómeno de subida exagerada de las mareas
que nos dejarán bajo las aguas y todo sucedía a trece nudos de velocidad de traslación,
pero ¡sorpresa!, ha bajado su velocidad la muy malvada para organizarse y no
les informó nada a los meteorólogos, fue una sorpresita y ahora toma un rumbo
relativo noreste.
Es
muy divertido esto, porque estoy confinado en mi casa, apertrechado para la tercera
guerra mundial, con mis ventanas de impacto a pruebas de balas y huracanes,
aunque siendo Dorian, Nicolás Maduro podría llamarla “huracana”, mientras los meteorólogos
siguen dándonos más sorpresas, es muy sabrosa toda esta alarma, es divertida,
porque es la única profesión donde se equivocan publicamente, repetidamente, en
ráfagas infames y nadie los despide de sus empleos, nos hacen gastar ingentes cantidades
de dinero a la ciudad y sus pobladores y nunca he visto a ninguno pedir
disculpas por su mala praxis.
Yo
puedo entender que sea difícil discriminar el comportamiento de un huracán,
pero lo que es inaceptable es la instalación del pavor.
No
hay duda que los meteorólogos, al menos los de la televisión son astutos
tapando sus falencias y todo lo hacen basados en la razón.
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