LOS
GIGANTES DEL QUIJOTE
Podremos
con seguridad acordarnos de la bella Francia ocupada por los Nazis en los cuarenta
del siglo pasado sin ningún tipo de oposición, podremos también recordar a
algunos judíos que se plegaron como vigilantes de la comunidad y recordaremos
la también blandengue posición de cubanos en la isla, que en pleno siglo XXI,
bajo la hambruna y lenidad de más de sesenta años de esclavitud, con el monarca
muerto a Dios gracias, aun podrán gritar: “esta casa es de Fidel” y todos nos
preguntamos al ver a los tontos que aun defienden el Holodomor tropicalizado en
Venezuela, sobre todo a los militares de alto rango que más bien parece un poco
bajo y rastrero.
El
Quijote de Miguel de Cervantes y Saavedra, me temo que no es la novela épica más
subyugante que he leído, pero si es la más famosa, por dos razones que como
lector podrán ser rebatidas, pero yo no estoy compitiendo y allí vamos: en
primer lugar está escrita en un cociente del número áureo, numero de oro, el número
de Dios el cual es el 1.618, que comanda y rige a su mundo, a nuestro mundo,
pero ese es tema para que si Usted aun no lo sabe, lo pueda buscar por cualquiera
de esos nombres en la web y en segundo lugar es icónica por los mensajes que
deja.
En
lomos de Rocinante, el caballo famélico del hidalgo, caminaba despacio
esperando al regordete de Sancho, su escudero que me temo estaba más loco que
él, para decirle algo que si es el tema para entender a los tontos traidores de
su carácter: palabras más, palabras menos llego a decir: “debemos luchar contra
tres inmensos monstruos, mi querido Sancho, los cuales son el miedo, la
ignorancia y la injusticia”; y debo agregar que en los ejemplos prenombrados,
moran con felicidad los tres, de manera que esto no es nuevo, porque se debe
ser bien ignorante para defender desde su posición de un hospital como lo es el
JM de los Ríos que no se acepte la ayuda humanitaria para los niños y luego
morir en una clínica privada como ha pasado hoy con la Dra. Natalia Martinho
Santos, pero también podríamos calificarla de injusta al ver morir de hambre e
infecciones a los niños bajo su cuidado y con la suma de las dos, que no son
poca cosa, inferimos que la fallecida galena tenía mucho miedo de perder su
cuota de poder y en el intento ha perdido la vida, precisamente de una infección,
venida a mas como sepsis, pero más allá de esto, pareciera un castigo del cielo,
porque en la Venezuela actual es más común y hasta corriente morir de cualquier
otra cosa que ser médico, director de uno de los hospitales más grandes, con
supuestamente todos los recursos que argüía Natalia en los medios, donde agradecía
al ignorante, miedoso e injusto de Nicolás Maduro, su incondicional oportuno y
pertinente apoyo a su gestión.
Si,
son tres gigantes muy grandes y fieros, peligrosos y malvados: el miedo, la
injusticia y la ignorancia.
Bernardo Jurado es el autor de "La fragancia de la rebelión" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerías de Miami y del mundo.
Bernardo Jurado es el autor de "La fragancia de la rebelión" y ocho libros mas, todos a la venta en Amazon y las mas prestigiosas librerías de Miami y del mundo.
Lo que tu das....recibes!
ReplyDeleteSaludos mi estimado
"La lengua castigo del cuerpo"
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