CAZADORES
DE CHAVISTAS
Ayer
noche, después de la conferencia taller con el español a quien trajeron y quien
causó una excelente impresión profesional del arte de hacer libros, pues,
llegué a casa y prendí la televisión para encontrarme con un documental titulado
“Cazadores de Nazis”.
Por
una serendipia, el judío, ya de unos treinta años recordaba el nombre del
comandante nazi en la Francia ocupada, tomó la guía telefónica en el Berlín de
1971 y allí estaba, con dirección y todo, porque Alemania no había legislado al
respecto, pero ese individuo había asesinado a sus padres y a treinta mil judíos
franceses más.
Él
y su esposa, lo buscaron, lo persiguieron, le fotografiaron, sin esconderse, le
amenazaron y hasta llegaron al sitio donde el infeliz trabajaba como contador
de exportación en una fábrica de cereales donde más o menos hacia lo mismo con
los judíos; los contaba y los exportaba
a los campos de exterminio e
hicieron una manifestación, la prensa comenzó a poner el ojo y hasta entraron
por la fuerza y el nazi, ya maduro, sacó una pistola y también sacó quien
realmente era, protegido vaya Usted a saber por quién.
Mucho
odio y desde mi devoto catolicismo me pregunto: ¿y cómo no va a haberlo? Si el
cazador de nazis era un niño de ocho años cuando pudo escaparse y dejar que
mataran a sus padres, sus abuelos, sus tíos y primos.
Pues les informo algo que no pienso discutir con ninguno
de ustedes, porque simplemente no aceptaré una réplica: a mí me dejan a Juan Isaías
Rodríguez, ese es mío y no lo compartiré ni con Patricia Poleo, ni con nadie
por varias razones que tampoco voy a explicar, simplemente diré que es el
reptil más acomodaticio de todas las alimañas, es el insecto infecto de los albañales,
es la sarna entre los pliegues del procto, tal vez el uñero purulento, pero a
ese, si, a ese tipejo lo quiero yo, ese es mío, pero debo aclarar que no lo
odio, ni le mataré, de ninguna manera, porque debe ir a la justicia y entre
juicio y juicio, entre la cola inmensa de acusadores, además de todas las tropelías
y desafueros, entre tiempo y tiempo, obligatoriamente deberá oír todos los “Alo
Presidente” de Hugo Chávez, a quien le entregó la hombría, la dignidad y los
criterios, mas sus muy bajas pasiones degradadas ya por sus inenarrables
posiciones, corporales y políticas, pero aclaro: yo no lo odio, al menos no más
que Patricia a quien acusó de asesinato con aquel testigo estrella inventado
sin pruebas a quien vio cara de decir la verdad, cuando Isaías era Fiscal
General de la República, para luego ser Vicepresidente y luego Embajador en
Italia, donde redactó una carta deslastrándose de Nicolás Maduro, en vista de
que deberá dejar su representación diplomática para disfrutar de la Patria,
pero, insisto, no le deseo la muerte, al contrario, larga vida a Juan Isaías Rodríguez!
El
hijo de meretriz promiscua y barata que pario Valle de la Pascua el 16 de
Diciembre de 1947.
Bernardo Jurado es el autor de”La fragancia de la rebelión” a la venta
en Amazon.com
Tutti saranno toccati dalla giustizia in un modo o nell'altro
ReplyDeleteEn criollo
Ninguno se salvara!